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Los había visto. Tan melosos que le daba asco.
— ¿Con que Amelia, eh, Axozer? Vale, veamos cuánto dura tu felicidad.
Los observaba discretamente a la lejanía. Realmente le repudiaba la escena que sus ojos estaban presenciando.
Tenía que hacer algo.
Dio una última mirada a la pareja que se abrazaba sin vergüenza a mitad del pasillo. Axozer había tirado de ella y se habían colado a un salón.
Refunfuñó, colérica.
— Tu tortura empieza hoy.
Se escabulló como pudo al área de la recepción. Estaba solitario.
Buen momento, pensó.
Lentamente se abrió paso a una de las alarmas de emergencias y la activó. Los murmullos tomaban presencia en todo lugar. Estaban saliendo de las aulas.
Se dirigió a los baños y entró.
— ¿Qué haces aquí? Sonó la alarma, nos quieren reunidos afuera.
Asintió tomándole la palabra a la persona que yacía plantada en la puerta de los baños, a su espera.
Caminaron a la par hasta llegar al punto de encuentro.
Ahí estaba él. Lucía ansioso. Frustrado.
— ¿Lo interrumpí, profesor?
Murmuró para sí mientras contenía una sonrisa burlona.
— ¿Dijiste algo?
La persona a su lado le vio. Pero negó.
Volvió a verlo. Ahora estaba compañado de esa maldita. Quería ir, tomarle del cabello y arrastrarla por toda la escuela.
Quería desaparecerla.
Amelia no era más que un estorbo en su vida pero ya se encargaría de ella.
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Juasjuaaaaas, ahora sí, que empiece la chidoooo JSAJDJJA
Suelten sus teorías sobre quién creen que sea :D
Posiblemente les regale otro capítulo hoy o mañana temprano c:
Y sin más, me piro vampiro JAJSDJSAJ
¡Leámonos pronto! Les quierooo,
-Diana.
