Mudanza

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En otra parte de Seúl una coreana felina no paraba de chillar con cada toque del alcohol en su piel

-¡Estate quiera de una jodida vez Kim Jisoo!

-¡Jamás!

Rose había estado intentando curar sus heridas con dificultad, la pelinegra se resistía y la australiana empezaba a perder la paciencia

- ¡Me rindo!- lanzó el algodón al suelo con brusquedad- ¡por mi puedes quedarte con tus malditos moratones, no me interesa, Eso te ganas por golpear a tu hermana!

- ¿Te has dado cuenta de cómo estoy? ¡Si apenas y logré aruñar a esa hija de gata!

- Te diría que esa no es la expresión correcta pero las gatas son tan putas como una misma promiscua

Jisoo puso cara de ofendida ante el comentario de la psicóloga

-¿¡Me estás llamando promiscua!?- ladeó la cabeza confundida- ¿qué es ramera?

-Una persona que folla con muchos,  sin vergüenza. ¡Como tú!

- ¿¡Yo!?

- ¡No te hagas la imbécil, si casi te follas a mis hermanas en mis narices!

-¡No es mi culpa que se parescan a ti! ¡Tu no debiste besar a mí hermana!

-¡Tampoco debi besarte a ti!

Rose estaba roja del enojo Ya no podía controlar su enfado con la coreana y aún más después del descarado flirteo que mantuvo con sus hermanas

Jisoo apretó los puños con fuerza y negó

-¡Pues yo también me arrepiento!- corrió hasta la habitación y sacó de allí un maletín. Estaba dolida por el rechazo de la australiana y ya no podía seguir aceptandolo

-¿Qué diablos haces con mi maleta?

-¡Me marchó!- dijo dando zancadas hacia la cocina

Rose fruncido el ceño

-¡Kim Jisoo, saca esas alitas del equipaje, va a apestar toda a pollo frito!

Jisoo ignoró la queja y con dificultad metió el cubo de pollo, y como acompañante una botella de ketchup.

-¡Acabas de perder todo esto!- se señaló así misma con dramatismo- ¡No vuelvas a mí implorando que te perdone!. ¡Esta gata ya se fue!

Y sin esperar contesta, salió del departamento. Rose no tuvo tiempo a reaccionar cuando dos toques en la puerta anunciaron a un visitante. Frunció el ceño y giró a mirar a las dos féminas que habían mirado la escena desde la comodidad del sofá

-¿Jisoo?- preguntó confundida y agobiada al ver nuevamente a la coreana frente a su puerta

- Está lloviendo...- susurró con la mirada gacha

Rose miró hacia la ventana. En efecto, estaba callendo un diluvio y su poco conocimiento de gatos le había enseñado que odiaban la lluvia

-Ya lo veo...

La felina hizo un puchero lastimado

- ¿Me llevas?

La australiana bufó tomando sus llaves con indignación y encaminandose hacia la salida

-Que sepas que cuando terminas con alguien no puedes pedirle poco después que te de un aventón

-Eso lo sé, pero técnicamente tu y yo no somos pareja, ¡así que es válido!

Rose lo pensó por un momento y asintió

-Touche. Vamos, antes que empeore el tiempo ¿sabes a donde planeas quedarte?

Me Enamoré De Mí Gata (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora