Sintiendote

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Jennie y Lisa seguían en la cama, después de un rato bajo las estrellas volvieron a la casa para descansar. La castaña estaba más feliz que nunca. En su mente sólo aparecía una y otra vez las palabras de la rubia. Y yo a ti Nini. Sonrió grande y abrió los ojos. Su sonrisa se ensanchó aún (más si es que era posible). Sus ojos felinos se achicaron del todo, dándole una apariencia aniñada.

Allí estaba, en brazos de Lisa como las noches atrás en su departamento. En toda su vida felina nunca había sentido atracción por otra gata, pero esa humana había cambiado todo a sus esquemas, la quería a ella, quería que fuese ella quien la hiciera sentir

Sé acurrucó aún más en Lisa, dejando su cara oculta en el cuello de la más alta. Otra vez su aroma. ¿Por qué  huele tan bien?. Inhaló con fuerza, disfrutando de la fragancia natural de la chica. Su celo estaba pronto a volver y temía actuar de un modo alocado (de nuevo). ¿Pero cómo evitarlo? está tan buena...

Sé mordió el labio, mirando ese lunar en su cuello y se estremeció. La calma con la que respiraba la tailandesa y la forma en la que sus labios permanecían húmedos y entreabiertos mientras dormía tenían a la felina fuera de órbita

Jennie se aventuró a rodar sus labios por ese pequeño, pero apetecible lunar. La tentación era mayor que su cordura y vaya que valió la pena cuando escuchó un sonido de placer por parte de la rubia. Sintió como su parte sur se contrajo de necesidad ante ese sonido y se atrevió a repetir el proceso. Está vez fue su lengua quien decidió jugar, con calma y disfrute recorrió en círculos el pequeño lunar

Su cuerpo ardía cada vez más, y Su cordura flaqueó al oír un gemido de Lisa. Con agilidad se subió del todo sobre la rubia sin parar los besos que se habían esparcido a lo largo de su cuello. Su lengua y sus dientes luchaban por dominar y recorrer toda esa zona de la rubia

Por otra parte Lisa sa empezó a removerse. Sentía un peso cálido sobre ella, uno cómodo y reconfortante, pero también una humedad en sus bragas y un cosquilleo en su cuello ¿aún estaba soñando? Porque esa sensación era simplemente placentera

Sus ojos se abrieron poco a poco en busca de la causa de esa sensación, y casi suelta un gemido al ver la escena. Jennie sobre ella con los ojos cerrados y meciendose en sus caderas de forma tortuosamente lenta

-Mmm Lisa...

¡Santa mierda, se estaba masturbando encima de ella!. El corazón de Lisa bombeaba apresurado, al igual que su humedo centró. Y es que joder, ¿quién no se enciende teniendo a la mismísima Jennie Kim frotando su vagina sobre ella? ¡Esto es el punto cielo!. La tailandesa con cautela se atrevió a apoyar sus manos en los costados de la castaña. A la mierda su sentido racional y la constante idea de que la chica sobre ella era un felinos. Es más mujer que cualquiera con la que había follado.

-Joder- susurró cuando la vio curvarse en respuesta a su agárrate y casi tiene un orgasmo al verla gemir y suspirar con necesidad

-Lisa... Te necesito- murmuró embelezada en las sensaciones

Jennie aún no se percataba de que la rubia hacia rato había despertado. Estaba tan inmersa en su placer que habían olvidado incluso donde estaba. Lisa en cambio tenía todos sus sentidos puestos en la Coreana, quien mordisqueaba su labio para contener gemidos, y jadeaba cuando su vaivén lograba un roce exquisito

Lisa no pudo más con esa imagen. La hizo girar sobre la cama. Dejando a la de ojos felinos bajo de si.

La castaña reaccionó aún jadeando, pero no pudo hacer más que soltar un chillido cuando la boca de Lisa se lanzó a su cuello, besandolo de forma hambrienta y necesitada. La lengua de Lisa hacía un recorrido desde su cuello hasta su clavícula y subía para repetir el proceso con necesidad

Me Enamoré De Mí Gata (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora