Dudu, la protectora

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Jennie y Jisoo llegaron a la casa del árbol, la coneja había tenido a sus pequeños lejos de los humanos. La casa del árbol estaba en un pequeño parque poco transitado, lo que venia bien para ella y sus gatitos

-¡Jennie, si subo allí me mataré!

-No creo que esa casita aguante nuestro peso Chu...

Ambas chicas miraban desde abajo la casa, no muy convencidas de subir. Era vieja y la madera debía estar podrida y quebradiza. Como gatas no habría sido un problema subir, pero después de que Jisoo cayera trepando la tercera tabla, habían optado por buscar otro modo

-¡¡¡Conejaaa, Duduuu!!!- Jisoo gritó a todo pulmón - ¡¡asomate, maldita coneja, sé que me oyes!!!

-Jisoo para, vas a alertar al vecindario

-Estamos en un parque, aquí puedo hacer lo que quiera- aclaró Jisoo volviendo a ver hacia arriba- ¡Hey Coneja, será mejor que...! ¡Aush! ¿¡Pero qué...!?

La pelinegra bajó la mirada y chilló de dolor. La azul ruso luchaba contra su pie sin piedad, haciendo a Jisoo saltar y agitar su pie herido en un intento de librarse de sus garras y dientes

-¡¡¡Jennie has algooo!!!

-¡Dudu basta, sueltala!- exclamó sorprendida por la ferocidad de su amiga, la gata gruñia sin dejar de morder el tobillo de la pelinegra- ¡¡¡Dudu, soy yo, Nini!!!

-¿Nini?- bufó cuando la pelinegra aprovechó su descuido para zafarse - ¡malditas humanas, lárguense de aquí!

Volvió a gruñir en advertencia, no dudaría en atacar de nuevo. ¿Por qué estaba tan rabiosa? Jennie no entendia la actitud de su amiga. Dudu siempre fue ruda, aunque jamás atacaba a los humanos

-¿¡Dudu, que te ocurrió!?- Jennie se preocupó al verla cogear

Intentó acercarse pero la gata lanzó un manotazo y gruñó

-¡Alejense!

La gata seguía maullando y gruñendo en desafío, no iba a permitir que las chicas subieran al árbol

-¡Dudu, soy Nini y ella es Chu, somos tus amigas!

La gata parecía indagar en sus palabras, pero rápidamente negó

-Tontería de humanos

-¿¡Es la verdad maldito tofu, que diablos sucede contigo!?

La gata se paralizó

-¿¡Chu!?- sólo Jisoo la llamaba de aquel modo- ¿realmente son...?

-Si Dudu, somos nosotras

-¿¡Oh por todos los gatos, realmente pueden entenderme!?

-Si Dudu, ya te dije, somos gatas

Dudu se acercó a Jennie y la olisqueó. De inmediato bufó retrocediendo

-Hueles diferente

-Es una larga historia Dudu, pero tienes que creernos- rogó Jennie- ¡mira, les trajimos de comer!- dejó las bolsas cerca de la gata y se apartó

Dudu metió el hocico en la bolsa, y al comprobar que era verdad comenzó a comer apresurada

-¡Dios, pareces un maldito animal tragando, dejale algo a la coneja!

La gata se alejó, lamiendo sus patas

-Lo siento chicas, no he comido en días

- ¿Pasó algo con tus dueños?- preguntó Jennie, notando que en efecto, la felina estaba bastante delgada

Me Enamoré De Mí Gata (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora