Seis días "Sempiterno" [+18]

CAPÍTULO 21 (SEMPITERNO)

21.

De repente llaman a la puerta con delicadeza y una cabeza afro muy voluminosa se cuela por esta con una enorme sonrisa. Sonrío al verla, es mi mejor amiga, casi mi hermana y la necesito en este momento tanto como a los demás. Comienza a entrar y me fijo que la acompañan como 6 globos enormes de color rosa sujetos a una gran cesta del mismo color.
No puedo evitar soltar una carcajada que hace que mi pequeña se asuste y pegue un leve brinco en mis brazos, beso su cabecita y vuelve a colocarse sobre mi pecho en búsqueda de mi pezón.
- ¿Y mi princesa? - dice Salma entrando con los globos y la cesta acercándose a nosotras.
- Hola tia Salma - digo posicionando a mi bebé en mi otro brazo para que todos puedan verla mejor.
- ¿Pero como está la bebé mas preciosa de la tia Salma? - todo se ríen de su efusividad, pero yo me emociono, se cuanto ama a mi hija solo con ver sus gestos - Tía Salma le ha traído muchos regalitos a la princesa, aunque solo me han dejado pasar estos dos de aquí.- coloca la cesta y los globos a un lado de la habitación y se acerca hasta nosotras. - Bueno este de aquí también, supuse que te apetecería algo dulce. - saca de dentro de su bolso una pequeña caja de bombones con un lazo rosa.
- Muchas gracias. - ambas sin poder decir nada nos abrazamos con mucha efusividad y lloramos emocionadas por todo lo ocurrido. Tras unos minutos abrazadas, nos separamos poco a poco y recojo mis lágrimas con una sonrisa en los labios. - Lo cierto es que estoy hambrienta, no me han puesto mas que suero por vía intravenosa y un zumo. - miro los bombones y sonrío agradecida a mi amiga tras ese momento que necesitaba.
- A mi pequeña le he comprado un pijama para que duerma esta noche cómoda y preciosa. - dice sacando un pijama rosa con un pequeño tul en la cintura y una corona de princesa estampada en el pecho.
- Pues creo que se ha hecho caca así que puede que Dominique esté encantado de cambiarle el pañal y colocarle esa preciosidad ¿no es así? - Dominique asiente encantado y se acerca a nosotras para coger a nuestra hija, no sin antes besarnos a ambas en la frente.

La coge en sus brazos y la coloca sobre su pecho como todo un padrazo que es y comienza a preparar la cuna con una sola mano para cambiar a nuestra bebé sin manchar nada. Me impresiona verle tan ágil y tranquilo mientras lo hace cuando yo ni siquiera aun le he cambiado ni una sola vez.
Todos le miran embelesados al comprobar la soltura con la que lo hace y me siento muy orgullosa de ello. No he dudado ni un segundo de que fuera a ser un padrazo, pero ahora viéndole tan atento con nuestra pequeña me siento mucho mas segura que antes ya que se que si comento algún error o no se como hacer algo el me guiará para hacerlo de la mejor manera posible.
Rodean la pequeña cuna donde Dominique cambia a mi pequeño querubín y yo muerta de envidia me bajo de la cama silenciosamente y me coloco junto a ellos para ver como lo hace. Mi preciosa niña se mueve muchísimo e incluso suelta algún gruñido cuando le cambia el pañal pero enseguida se relaja conforme le coloca el pijama que le ha reglado la tia Salma.
Es imposible que mi familia no esté completamente enamorada de mi hija, es tan minúscula y adorable que solo con verla te enternece el corazón. Jamás podría imaginar sentir un amor tan indescriptible hacia alguien tan pequeño, no se quien le ha dado la vida a quien, si ella a mi o yo a ella.
Dominique cierra el último corchete del pijama y con una delicadeza que no conocía la coloca sobre los brazos de mamá, esta derrama algunas lágrimas de emoción mientras que yo, apoyada sobre el marco de la ventana veo como todo gira entorno a mi precioso angelito.
Soy mamá, soy su mamá.