CAPÍTULO 12 (SEMPITERNO)

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12.

Dominique está tirado en el suelo después de haber tropezado con una de las cajas que he insistido en dejar en la caravana y la imagen que menos me esperaba está delante de mis ojos. No puedo creérmelo, hay alguien a quien odio agarrado del brazo de mi chico y está ayudándole a levantarse.
Teo.

Estoy cabreada, que digo cabreada estoy furiosa y rápidamente acudo a mi hombre para echarle una mano, quiero las sucias manos de esa sabandija fuera de el cuanto antes.
- Dominique cariño.- me tiro al suelo y le ayudo a levantarse retirando de un movimiento rápido las manos de Teo.
- Gordi... siento haberte despertado - mira a su lado y ve que Teo está con ayudándole a levantarse. - ¿Y tu que haces aquí?
- Estabas ahí afuera, no acertabas a abrir la puerta y yo... - titubea, está muy nervioso, incluso agobiado.- Yo solo te ayudé a entrar.- dice mirando para todos lados, como buscando una salida rápida.
- No recuerdo nada - dice Dominique aturdido y con una expresión confusa.
- Has bebido demasiado, vamos a la ducha. - hace muchísimo esfuerzo y sin apoyarse mucho en mi, se levanta algo inestable y muy muy aturdido.
- Yo ya me iba- dice Teo dirigiéndose a la puerta aliviado. - Por cierto, enhorabuena por vuestro compromiso.- Le miro con cara de póker, el ya sabía sobre mi compromiso. El día que nos encontramos en el centro comercial se lo dejé bastante claro. - Ha estado toda la noche gritándolo a los cuatro vientos en el pub, ha sido inevitable oírle y bueno, al fin y al cabo me alegro por vosotros.

Sale por la puerta y no me gusta nada en absoluto su actitud, Teo no es una persona bondadosa si no consigue nada a cambio y eso lo he ido comprobando durante todo este tiempo que he estado trabajando con el en el set . Agarro a Dominique por la cintura y le apoyo en la encimera de la cocina, está bastante ebrio y debo admitir que me hace gracia verle en esta tesitura. Le doy un zumo de naranja cargados de vitaminas y un par de analgésicos para que mañana no tenga mucha resaca.
En ningún momento me habla, pero no deja de acariciar mi abultado vientre y mirarme con pesar, como si hubiera hecho algo malo y estuviera arrepentido.
Imagino que creerá que estoy enfadada con el, pero en absoluto es así, me aterra la idea de que Teo o Bárbara hayan podido hacerle algo en este estado o intentarse aprovechar de su embriaguez de alguna manera.
Me giro, le miro y le regalo una sonrisa, noto como inmediatamente su cuerpo se relaja aliviado al no ver ningún rastro de enfado en mi rostro y eso a su vez me calma a mi. No quiero tener problemas con el y menos por culpa de Teo.

- Vamos. - sujeto su mano y tiro de esta para que me siga.- Necesitas una ducha y dormir.

Dominique asiente y me sigue por la caravana hasta entrar en nuestro dormitorio, de un pequeño empujón le siento en la cama y el lo hace sin rechistar. Me arrodillo y comienzo a quitarle las deportivas y los calcetines, le hago ponerse de pie y bajo su pantalón y calzoncillos sacándoselos por los pies tranquilamente. Me mira con una mezcla de asombro y amor, el brillo de sus ojos delata su embriaguez pero también su sorpresa al ver como le desnudo. Amo cuidar de el como el lo hace conmigo, pero nunca está lo suficientemente vulnerable como para dejarme hacerlo, así que tengo que aprovechar la situación.

Seis días "Sempiterno" [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora