CAPÍTULO 25 (SEMPITERNO)

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25.

Tal y como imaginaba al salir del set nos han increpado varios periodistas siguiéndonos hasta la misma puerta del restaurante. Me siento mucho más segura cuando Enzo nos escolta allá donde vallamos, ya que se que se jugaría su propia vida por la de nuestra pequeña. Se lo ha ganado en sus tres cortas semanas de vida con sus medias sonrisas y sus inquietos ojos azules que se mueven cada vez que oyen su voz. Es gracioso ver como este hombretón de casi dos metros sujeta las manitas de mi pequeña y esta le devuelve el apretón con toda su fuerza metiéndoselo en el bolsillo en un santiamén.

Ahora pese a que vamos bastante tarde a nuestra cita con Jacob y su novia, por supuesto gracias a mi hija, que ha decidido berrear durante 20 minutos porque quería mamar de mi pecho hasta quedarse profundamente dormida una vez más y por supuesto dejándonos un regalito dentro del pañal.

Por fin y tras mas de media hora de retraso conseguimos llegar al restaurante. Allí frente a nosotros están Jacob y Valeria, ya llevan saliendo juntos al menos 5 o 6 meses y se les ven muy felices. En cuanto se percatan de que hemos llegado, se levantan a recibirnos encargándose Jacob de empujar el cochecito de Celina desde la entrada hasta la mesa donde están sentados. Todo el restaurante nos mira, es normal que pase eso cuando voy con Dominique, pero desde que di a luz a Celina y se montó todo ese revuelo a causa del secuestro y la manera en la que tuve que traer al mundo a mi hija, la gente se interesa mas por mí y por lo ocurrido.

Dado que es imposible pasar desapercibida por ser quien soy, me limito a actuar como siempre al fin y al cabo todos van a comentar lo que hago o dejo de hacer así que...
Me abrazo a Jacob con mucha efusividad, me prometí a mi misma que nunca tendría ningún tipo de acercamiento a el delante de nadie que no fuera de confianza, ya que a Dominique aun le increpan con la paternidad de nuestra hija, pero como yo se toda la verdad me importa un cuerno todos los comentarios que puedan inventarse los demás.

- Estás preciosa super mamá - dice mientras me abraza durante unos minutos.
- Tu estás... - elevo mis cejas sin dejar de mirarle fijamente.- Muy enamorado eh -  le digo en un susurro.
- Bueno, - dice rascándose la cabeza - a ti no puedo mentirte.
- Que ganas tenía de verte feliz. - le digo antes de dirigirme a su chica y saludarla.

Valeria es indiscutiblemente preciosa, luce unos enormes ojos marrones y una melena morena casi por la cintura muy brillante y llamativa. Su carácter me recuerda un poco a mi un tiempo atrás, algo insegura y con muy poca autoestima, aunque con un chico como Jacob a su lado seguro que consigue superar esos miedos e inseguridades. Le doy un abrazo mientras Jacob y Dominique se saludan y se encargan de colocar a nuestra pequeña en un lugar cómodo en su cochecito, están hechos un padre y un tío estupendos.

No tardamos en sentarnos a cenar y disfrutar de una velada tranquila bajo la atenta mirada de todos los comensales. Jacob se muestra muy enamorado y Valeria muy avergonzada por las constantes muestras de cariño de su novio. Me siento feliz de estar aquí, Dominique no retira su mano de la mía, me acaricia bajo la mesa, me pasa el brazo sobre los hombros y se muestra tal y como es y ha sido siempre. Vuelvo a ser quien era, vuelvo a sentirme yo, hermosa, segura y amada, muy muy amada.
Me sonrojo al pensar en los momentos que hemos tenido Dominique y yo unas horas atrás, nadie podría llegar a imaginarse como me sentía instantes antes. El sexo es muy importante en un relación, al menos en la nuestra, pero lo que necesitaba realmente era sentirme mujer, sentirme viva y sentirme deseada por mi futuro marido.

Seis días "Sempiterno" [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora