Seis días "Sempiterno" [+18]

CAPÍTULO 37 (SEMPITERNO)

37.

Apenas nos hemos empezado la primera copa de champán cuando se oye como un vehículo comienza a entrar por la villa tocando el cláxon y con flamenco a todo volumen.
Que Dios nos pille confesados, pienso al ver a todas las chicas sacando la cabeza por las ventanillas y gritando a viva voz el nombre de mi amiga.

- Salma! Salma! Salma! - suerte que nuestros vecinos mas cercanos están a una calle de distancia, si no estarían asomados a las ventanas ante tal espectáculo.

Bajamos las escaleras volando, ahora si que si, que empiece la fiesta, sujeto mi bolso, la botella y me meto en la limusina con las demás. Todas vienen vestidas como acordamos y por supuesto, con los ramilletes de claveles rojos en la cabeza. El fotógrafo comienza a hacernos fotos y vídeos mientras bailamos y damos un poco el espectáculo antes de marcharnos.
Nos advierten que hay al menos seis fotógrafos en la puerta de la casa expectantes para pillar alguna foto mía, así que mientras salimos por la puerta, por supuesto escoltadas por dos agente de seguridad me mantengo dentro de la limusina sin que nadie sospeche o me vea en ella. Se que tarde o temprano sacaran imágenes mías de nuevo, pero no con un ramillete de claveles en la cabeza y con una botella de champán en la mano.

Lo estamos pasando genial, vivimos a unos 20 minutos de la ciudad y ya llevamos la fiesta a bordo de la super limusina rosa que tanto le gustó a Salma en la despedida de soltera de mamá. Paramos en una gasolinera ya que algunas de las chicas se hacen pis y aprovechamos para bajarnos y bailar una sevillana (baile tradicional andaluz) en los aparcamientos. Nos hacemos decenas de fotos con la futura novia y acabamos bebiéndonos otra copa de champán en menos de 10 minutos.
Madre mía, esto se nos está desmadrando demasiado.

Subimos nuevamente a la limusina y por fin nos dirigimos hacia el restaurante mas divertido de todo Londres. Debo decir que este sitio lo he elegido yo, no quería que fuese un restaurante normal y corriente, quería que fuese algo inusual y esté creo que era el que más se acercaba a mi idea. Cenaremos en un lugar peculiar, primero por su estética, es algo oscuro, con decenas de antigüedades colgadas de los techos y las paredes, además mientras cenamos tenemos espectáculos constantemente de 10 minutos de duración.

Cabaret, magia, bailes, desnudos, músicos, e incluso un espectáculo X, todo eso veremos mientras estamos cenando y se que Salma va a alucinar cuando comprenda el rol del restaurante.
Se que es una auténtica locura, pero de eso se trata, de celebrar la última noche loca de mi mejor amiga. Roberto y Marco me han apoyado en darle una noche así a Salma, así que sin duda alguna espero que la disfrute y lo pase como se merece.

Pasamos al restaurante escoltadas por los dos agentes de seguridad que nos acompañaran toda la noche, junto a ellos viene la fotógrafa y el camarógrafo que se encargará de inmortalizar este momento tan especial.
Nos sentamos en nuestros respectivos sitios y del centro de la mesa sale un chico con un bóxer negro y decenas de copas sujetas a su cuerpo en puntos estratégicos, la camarera comienza a verter el champán en las copas una a una mientras nosotras miramos embobadas el escultural cuerpo del chico.
A continuación Salma al ser la anfitriona elige la primera copa, cogiendo la que cuelga de su cintura justo a la altura de su pene. Ahora me toca a mi y pese a que todas me incitan a que coja alguna un poco más cerca de su miembro pillo la que está justo en el trasero, teniendo que manoseárselo por completo para coger mi copa. Una vez todas tenemos nuestra copa en la mano el chico comienza a quitarse todas las cintas de donde se sujetaban las copas hasta quedarse completamente en cueros haciendo que brindemos sobre su cuerpo mientras se derrama media botella de champán por este.
Madre mía, ¿Donde nos hemos metido?