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Madrid, 1983
Cuando los sonidos de aquellos martillazos la hicieron abrir los ojos a las 7 de la mañana, la primera reacción de Alicia fue de acabar con la persona causante de aquel sonido.
Odiaba madrugar... Sobre todo si era domingo.
Maldiciendo a todos los santos que conocía, la pelirroja se levantó molesta de su cama, justo para volver a sentir los martillazos.
Quien estaba haciendo obras por la mañana? Se preguntó rascándose la cabeza mientras se dirigía al baño a lavarse la cara
Sería su papá? Nah, ese hombre no sabía ni poner un tornillo. No, sin duda no era él.
Entonces...
"Papá, tiene que ser ahí" oyó su voz.
La voz de Raquel se oía desde su patio trasero, ese que justo daba con la ventana del cuarto de la pelirroja.
Frunciendo su ceño llena de curiosidad, Alicia se asomó a la ventana. Justo para encontrarse con Raquel dándole órdenes a su padre como toda una capitana.
Que estaban haciendo?
Decidida a averiguarlo, se colocó su abrigo y bajó aún en ropa de dormir por las escaleras de su casa, camino al patio de sus vecinos.
"Alicia, a dónde vas así vestida, hija?" Oyó a su madre preguntar. Pero decidió darle de largo.
Después de todo. A dónde más iría?
La pregunta de su madre era ridícula.
A qué otro lugar iría estando Raquel en la casa de al lado?
-A veces esta mujer es lentilla- murmuró para sus adentros una vez ya estaba justo en la puerta de la valla que separaba ambos hogares.
Y ahí estaba ella...
A unos cuantos pasos, de pie, mirando a... Espera que?
-Que hace tu papá sobre ese árbol?- preguntó la pelirroja detrás de sus espaldas, haciéndola brincar.
Mientras observaba curiosa al padre de Raquel , que se encontraba sobre el viejo árbol que reinaba en el lugar
-Mierda... Alicia... Me asustaste- dijo Raquel llevándose las manos al pecho -Recién te despiertas?- mirando como aún llevaba su pijama de gatitos
-Sip, alguien me despertó- contestó la pelirroja rodando los ojos -Que hacen?-
-Que te parece a ti?-
-Pues... Una de dos... O tú papá está imitando muy bien al comisario... O está haciendo...- comenzó a enumerar Alicia
-Una casa del árbol- la interrumpió la castaña tomándola de sorpresa -Le pedí que me la hiciera... Que nos la hiciera- señalando el espacio que habían entre ellas
-Si?- en su voz de noto la ilusión -Y eso?-
-Nada, que me pareció lindo. A ti no? Tener nuestro lugar... Para hacer cuentos, jugar, bailar... No sé. Sin que nos estén mandando a hacer silencio todo el rato- explicó la pequeña viendo cómo si padre daba los primeros pasos  para hacer el hecho -Será nuestro sitio-
-Nuestro refugio- murmuró Alicia viendo el enorme árbol y compartiendo la visión futura de su amiga.
Ambas de miraron sonriendo... Sabiendo que de ese montón de madera aún mal puesta sobre aquel árbol, nacería el lugar más importante de sus vidas.
Un lugar donde vivirían Miles y millones de aventuras.

....

El sonido de una alarma interrumpió de golpe los pensamientos de la pelirroja, haciéndola mirar extrañada el pequeño reloj digital que se encontraba en el escritorio
Los ojos azules de la psicóloga también de posaron en aquel reloj, el cual anunciaba que ya había terminado la sesión
-Bueno, parece que ya me echas, no?- dijo Alicia levantándose de su asiento
-Lo siento, Alicia- le dijo Linda viéndola detenidamente recoger su bolso -Es que...-
-Mañana puedo volver?- preguntó la pelirroja tomando por sorpresa a la chica
-Eh?- era la primera vez que Alicia volvía a pedir una cita. O que mostraba interés en las terapias. En el último mes la pelirroja solo había ido los días en que su jefe le había obligado a asistir, y siempre se mostraba renuente a las charlas.
-Claro, por supuesto. Acá estaré- asintió Linda anotando rápidamente en su libreta la hora del próximo encuentro -A las dos te parece bien?-
-Perfecto-
-Muy bien. Alicia. De verdad que me alegra ver que estamos avanzando en algo y que...- dijo emocionada mientras la acompañaba hacia la puerta
-Shh, aún no cante victoria, doc- la interrumpió deteniendo su paso justo en la puerta de la consulta -Falta aún mucha historia en este cuento-
Y sin más se dió la vuelta para salir en dirección de los ascensores.
Odiaba hablar de si, de su vida... Pero quizás... Solo quizás... Linda tenía razón. Y hablar la ayudaría a eliminar su bloqueo.
Desde que salió del hospital no había podido dormir, ni siquiera comía dulces como anteriormente hacia... Su vida ya no era la misma... Y con razón.
Toda esa mierda le estaba afectando en el trabajo, por ese motivo la habían obligado a acudir a un psicólogo.
Su jefe le había pedido de favor que se atendiera, pues no quería perder a su mejor inspectora
El ascensor se abrió ante sus ojos, completamente vacío. Pero antes de poder dar un paso dentro, un pequeño pitido proveniente de su móvil la hizo detenerse
Un mensaje...
Extrañada, metió la mano en el bolsillo de su chaqueta, sacando su i phone
Un escalofrío recorrió su cuerpo al ver su nombre en la pantalla... Junto a dos palabras...
Dos palabras que definían todo...

"Te extraño"

💛💛💛💛💛

Y hasta acá el capítulo de hoy. Que les pareció??
Sé que cortito pero vamos poco a poco
A parte, a lo mejor más tarde subo otro y les doy un regalito con ese😁
Quiero saber que les parece?
Y que creen que haya pasado? O vaya a pasar?
Las leo!!!

Contando tus pecas // RaliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora