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El viernes a la mañana Jisung llegó con su madre al colegio.
Realmente no tenía ganas, la noche anterior le había dejado mensajes a Renjun preguntándole si todo estaba bien, pero los mensajes no habían sido entregados y eso lo tenía irritado.
—Venga, empieza el día con una sonrisa por una vez, Sung —le dijo su madre mientras estacionaba el auto y buscaba su bolso en el asiento trasero.
—Son casi las siete de la mañana, tengo sueño, frío y-
—Y Renjun no te ha respondido, sí, lo entiendo, pero no puedes estar gruñoncito todo el día. Venga, que seguro ves ahí dentro a tu pequeño príncipe —la mujer golpeó suavemente su hombro y notó el creciente rubor que aparecía en el rostro de su hijo.
—Yah, no lo llames así. Ya me voy —Jisung se quejó y se sacó el cinturón de seguridad.
—Creo que te olvidas de algo, Park —su madre señaló su mejilla y Jisung suspiró, acercándose para dejar un casto beso en ella —Eres más tierno, Jisung.
—Sí, sí, vamos que vas a llegar tarde tú también.
La mujer puso los ojos en blanco con gracia y negó mientras bajaba del auto.
Jisung caminó apresurado hacia donde sus amigos debían estar, pero todavía ninguno había llegado, ni siquiera Renjun.
No le importó mucho, simplemente se apoyó en la pared que tenía más cerca y sacó su teléfono para entretenerse mientras sus amigos llegaban.
Pasó un rato y se distrajo tanto en el juego que estaba jugando que no vio cuando alguien se le acercó.
—Ji~.
Aquella voz irritable se hizo presente y Jisung lo único que pudo hacer fue soltar un gran suspiró mientras ponía los ojos en blanco.
Giró la cabeza para mirar a la chica parada junto a él, Soobin sonreía enormemente y aquello para Jisung significaba peligro.
—¿Qué quieres, Soobin? —habló con un tono que denotaba lo irritado que estaba.
La chica se encogió de hombros y continuó con aquella sonrisa que solo enfermaba al más alto —Solo pensaba en venir a saludar —apoyó una mano en su hombro.
Jisung con cuidado la sacó de allí y habló —Ve al punto, te conozco y sé que no vienes hacia mí por nada ¿Saludar? Por Dios Soobin, por lo menos te hubieras inventado otra excusa.
La chica se rio y asintió —Tienes razón, en realidad venía a preguntar otra cosa —la chica comenzó a caminar lentamente mientras sus manos estaban unidas detrás de su espalda.
