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—Es imposible que él si lo haya logrado pasar y nosotros no —se quejaba Donghyuck apuñalando su comida con los palillos.
—¿Hirió tu ego? —cuestionó en tono burlón Jisung.
—¡No!
—Sí, definitivamente hirió su ego.
—Cállate Jaemin.
—Bien, dejen de jugar con la comida. Y deberían estar repasando, en el siguiente período hay examen —los regañó el delegado de la clase, mientras leía unas hojas a su lado que eran sostenidas por sus dedos, evitando que se fueran volando por el viento.
—Reprobaré igual, no te molestes en recordarmelo —se quejó Jaemin.
—Si tan solo te esforzaras un poco... —se lamentó Chenle.
En ese momento vieron a una persona pasar, la cual llamó la atención de toda la mesa.
Renjun pasó con su bandeja y fue directo hacia un banco cerca de allí.
Todos lo miraron fijo, pero el chico solo estaba concentrado en su teléfono mientras comía pacíficamente.
—Voy a ir a hablarle —dijo Jaemin poniéndose de pie, pero fue detenido por el brazo de Donghyuck.
—Te va a mandar de paseo.
—Que lo intente.
Y tras eso, Jaemin se dirigió hacia donde se encontraba Renjun con una sonrisa encantadora.
Se paró en frente del chico, el cual no le prestó atención hasta que notó que no se iba.
—¿Qué quieres? —preguntó frunciendo el ceño y alzando la mirada de su teléfono.
—Solo vengo a saludar a un compañero de clases, ¿puedo sentarme? —Jaemin no se dejó intimidar por la mirada que le dedicó en un principio el mayor, así que solo mantuvo su sonrisa.
Renjun solo se encogió de hombros y volvió a mirar su teléfono —Haz lo que quieras.
La sonrisa de Jaemin se amplió y rápidamente se sentó en el banco.
Todo quedó en silencio. Un incómodo silencio, que fue destruido cuando Jaemin habló.
—¿Siempre almuerzas solo? —preguntó.
Renjun se encogió de hombros —No me importa la verdad. Prefiero estar tranquilo.
—Oh, cool —el menor se golpeó internamente al haber dicho eso.
Miró hacia su grupo de amigos, quienes lo veían con una sonrisa burlona, cuando hizo contacto visual con Chenle, este explotó en risas, siendo seguido por los demás.
—Que ruidosos —murmuró el mayor, siendo apenas escuchado por Jaemin.
Jaemin notó como rodaba los ojos y se disponía a tomar la botella de jugo, la cual se encontraba al lado del menor. Este, al ver sus intenciones, tomó la botella y se la quiso alcanzar.
Pero, como Jaemin es un torpe de primera, terminó derramando el contenido de la botella sobre el chico más pequeño, en cual se levantó de golpe.
—¡Oh por Dios! ¡Lo siento tanto! Déjame ayudarte... —Jaemin se levantó también para ayudarlo, sacó de sus bolsillos un paquetito de pañuelos.
—Solo... déjalo —murmuró Renjun. Tomó sus cosas y fue al baño a paso rápido.
Todos los de la mesa lo vieron pasar y cuando desapareció de su vista, se dirigieron hacia Jaemin, quien estaba congelado en su lugar.
—Oye, Jae, creo que la cagaste —dijo Donghyuck tratando de contener las carcajadas.
La cara de Jaemin de inmediato se volvió roja y trató de esconderse tras sus manos.
Iban a seguir burlándose si no fuera por el timbre de fin de recreo.
—Bien, suerte a todos en el examen —habló Jeno.
—Suerte chicos, vamos Jisung —ambos menores se despidieron y se fueron hacia su clase.
Apenas entró, Jaemin se alivió de no ver al mayor en su lugar aún.
Se sentó esperando a que llegue el profesor, cuando Renjun entró no pudo evitar ponerse nervioso, iba a disculparse nuevamente, pero el mayor solo lo pasó de largo y fue a su asiento.
Frustrado, dejó caer su cabeza en la mesa del pupitre, haciendo un ruido estruendoso en el aula, pero solo lo ignoró.
Al final, no pudo concentrarse en todo el examen pensando en cómo se debería disculpar.
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