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Apenas Chenle llegaba al instituto se topó de frente con Donghyuck tratando de entablar una conversación con nadie más que Huang Renjun, quien solo caminaba sin darle mucha importancia al muchacho.
Suspiró y siguió con su camino de buscar a sus otros amigos, encontrando a los otros tres en la puerta del aula de los mayores.
—¡Hey Lele! ¿Viste a Donghyuck? —preguntó Jaemin con una sonrisa formándose en su rostro.
—Estaba con Huang —respondió con un encogimiento de hombros.
—Oh.
—Mira, ahí viene el idiota —dijo Jisung mirando hacia el pasillo.
El pequeño Huang venía siendo seguido por Donghyuck, quien hablaba hasta por los codos y Chenle pudo divisar la mueca de hastío del mayor.
Renjun se acercó y entró al aula, ignorando la presencia del grupo en la puerta de esta.
Donghyuck lo iba a seguir si no fuera por Jeno, quien lo había sujetado por la camisa y detenido.
—Deja de atosigar al pobre chico, Hyuck —le pidió Jeno en un suspiro.
—No lo estoy atosigando, ¿o si? —de pronto su cara mostró desesperación —¡¿No lo estoy atosigando, verdad?!
—Ya cálmate joder, que eres intenso —murmuró Chenle cruzándose de brazos.
—Me parece que alguien está de mal humor hoy —le susurró Jisung a Jaemin, quien asintió.
Chenle logró escuchar y solo rodó los ojos.
Su mirada se dirigió a la puerta del aula y observó hacia dentro, encontrando a un Renjun sentado al fondo mientras observaba algo en su móvil.
Su corazón dio un vuelco cuando sus miradas se encontraron y él la desvió lo más rápido posible, fingiendo estar prestando atención a la conversación que tenía su grupo.
—Anda pues mira, que nuestro Lele se nos ha sonrojado —se burló Hyuck haciendo que ahora sea el centro de atención de sus amigos.
—¿Pasó tu crush misterioso cerca? Quiero saber quién es —le siguió Jisung.
—¿Cuándo nos dirás quién es? No puedes esconderlo de nosotros, somos tus amigos —dijo Jaemin.
Movió sus ojos con pánico y encontró la mirada de Jeno, quien le dijo que se tranquilice.
—Nos lo dirá cuando esté listo, no lo presionen —los calló el mayor, recibiendo una mirada agradecida por parte del chino.
Para su suerte el timbre de comienzo de clases sonó, así que tuvo que irse a su curso junto con Jisung.
Decir que no se sentía celoso de sus mayores por estar en el mismo curso que Huang sería mentir.
Siempre sintió envidia de lo cerca que podían estar ellos del chino mientras que él, por ser un año menor, tenía que estar en otro curso.
Desde que se enamoró supo que no tenía oportunidad con Renjun, y ahora que sus amigos estaban detrás de él sentía que la poca probabilidad disminuía aún más.
Se sentó en su pupitre y esperó pacientemente a que su profesor llegara.
Cuando la clase empezó no pudo concentrarse. En lo único que podía pensar era en los ojos de Huang uniéndose con los suyos y la sensación de su corazón acelerándose, además de sentir el calor en sus mejillas.
Y rápidamente una sonrisa estúpida se formaba en su rostro.
—Pssst —un toqueteo en su brazo lo hizo salir de su ensoñación. Le prestó total atención a Jisung, quien se mantenía tocando con su dedo —¿Estás bien?
Chenle lo miró confundido y asintió, no sabiendo bien el porqué de la pregunta del menor.
—Tienes la cara roja.
Rápidamente tocó sus mejillas y se sorprendió al comprobar que tan calientes estaban.
—En realidad, me siento un poco mal —susurró y pronto levantó la mano para pedir permiso para ir al baño. Cuando el profesor se lo dio, tomó su toalla, sabiendo que iba a hacer luego de eso, y huyó rápidamente de la situación.
Fue al baño a toda velocidad para mojarse la cara y tratar de distraerse.
¡Se había sonrojado pensando en lo bonito que era Huang Renjun!
—Estúpido Chenle, estúpido —se decía en voz baja mientras hundía la cara en la toalla y la dejó ahí durante un tiempo.
Sintió la puerta del baño abrirse pero lo ignoró.
Hasta que sintió un suave toque en su hombro.
Recién ahí levantó la cara de su toalla y se giró, encontrándose al chico que llenaba sus pensamientos, mientras le extendía algo.
Miró ese algo confundido y descubrió su propio bálsamo labial.
—Gracias —susurró nervioso, evitando hacer contacto visual y tomó el objeto, sintiendo su corazón acelerarse debido al roce entre sus manos.
—No es nada, la próxima cuida que no se te caiga nada —le respondió el mayor mientras se dirigía al lavabo, pudo notar una calma en su voz, no como siempre hablaba que parecía querer matar a alguien —Y oye, ¿estás bien?
Ante la pregunta Chenle asintió rápidamente, volviéndose ultra rojo.
—S-sí, solo... me estaba refrescando un poco —soltó nervioso.
—Bien, pero si te sientes mal deberías ir a la enfermería, no es bueno tener fiebre —Huang terminó de lavarse las manos y salió del lugar, dejando a Chenle petrificado, con su cara ardiendo más que nunca y con el corazón pareciendo que se le iba a salir del pecho.
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