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Era lunes por la mañana y Hyuck apenas abría sus ojos. Se sentía realmente cansado, sus parpados se cerraban inevitablemente, pero era lo que se merecía.
Se había dormido muy tarde la noche anterior y todo por no poder parar de pensar en la carita de Renjun y en lo bien que la habían pasado el día anterior.
Si, gracias a eso no pudo terminar su tarea y tendrá que hacerla en alguno de los recreos, pero no importaba.
Creía que tenía oportunidad de ganar esto.
Aunque, siendo cien por ciento sinceros, el juego había pasado a un segundo plano ya, no quería aceptarlo, después de todo hacia tres días se había enterado de los sentimientos que probablemente sentía por el chino, pero las cosas ahora eran así.
Tenía que tratar de aceptar sus sentimientos y, quién sabe, hacer que Renjun los corresponda.
Si es que eso era posible, claro.
No olvidemos que sus amigos también eran parte de la ecuación, así que sus chances disminuían, pero se iba a esforzar para que aquello no pase.
Cuando se levantó y fue al baño pudo notar sus evidentes ojeras, era lo más parecido a un mapache que había, pero decidió no darle importancia. Si sus padres preguntaban, podía excusarse diciendo que no había podido dormir bien y ya, lo cual no era del todo mentira, solo no les diría el motivo.
Desayunó tratando de evitar las preguntas de sus padres,la noche anterior lo había hecho, pero no estaba seguro de lograrlo ahora.
—Y, ¿me dirás ahora por qué llegaste tarde anoche? —pregunto su madre mientras tomaba su café y miraba su celular.
—Simplemente estaba jugando, lo de siempre ma.
—¿Con quién? Y no te atrevas a decirme que con esos amigos tuyos porque siempre llegas peleando con Jaemin o Jisung, y llegaste solo —su madre se cruzó de brazos. Detestaba la manera en la que su madre supiera absolutamente todo de él
Él se quedó callado, no iba a decirle una palabra a su madre, eso significaba un suicidio porque lo molestaría siempre con que lleve al chico más joven a su casa, la conocía muy bien.
—Desde la semana pasada has estado así, tan... ¿alegre? ¿Con una sonrisa boba en la cara? Sí, así —la mujer se levantó de su lugar y antes de ir a la cocina, se giró hacia su hijo —Para la próxima, trae a ese niño. Se veían bien cuando estaban entrando al arcade.
Y tras eso se fue a la cocina, dejando al moreno totalmente boquiabierto y sonrojado.
—Los vio cuando iba a comprar —dijo su padre tomando las llaves de su auto —. Vamos, vas a llegar tarde.
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Llegó al instituto y no tardó en bajar del auto, despidiéndose de su padre rápidamente para buscar a sus amigos, o a Renjun, a quien encontrara primero.
