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Después de la sorpresa de que Jaemin haya aprobado Hyuck invitó a todo el grupo a comer algo para celebrar. También había invitado a Renjun, pero este dijo que no podía porque tenía que ayudar a su madre en algo.
Los demás solo asintieron y, cuando fue hora de la salida, salieron todos juntos hacia aquel local de comidas rápidas donde solían comer cuando tenían tiempo, y para qué mentir, dinero.
Casi una hora después, el grupo se encontraba sentado en una de las mesas con grandes hamburguesas, listas para ser devoradas.
—Primero, quiero proponer que hagamos un brindis por nuestro amigo Na Jaemin, quien ha aprobado matemáticas con un diez más grande que la casa de Lele —habló Hyuck alzando su vaso con gaseosa en el aire, instando a los demás a que hagan lo mismo.
—Venga, que no es tan grande, pero lo acepto —sonrío Jaemin elevando su vaso también.
Juntos chocaron vasitos de cartón y gritaron, logrando que la gente del local los mirara entre divertida y fastidiada.
—En algún momento nos van a echar y no nos permitirán más la entrada —dijo Jisung con mordiendo el sorbete de su vaso.
—Si llegamos a ese punto, es tan fácil como encontrar otro local, no nos pueden prohibir la entrada a todos ellos... ¿o si? —Hyuck miró a sus compañeros en busca de alguna respuesta pero solo consiguió un encogimiento de hombros —Como decía, no nos pueden prohibir la entrada de todos los locales.
Continuaron hablando en lo que su comida se iba agotando, hablaban de todo y a la vez de nada. Como le gustaba ese ambiente a Chenle.
—Cierto Lele, ¿empezaron a practicar para el viernes que viene? —preguntó Jaemin al rubio que se concentraba en ponerle aderezo a una papa frita.
El chino los miró distraído y asintió cuando terminó de procesar la pregunta.
—Empezamos la semana pasada, usaremos la práctica de mañana para ajustar un poco más las posiciones y todo eso —explicó volviendo la vista a su cartón con papas.
—¿Cuándo practicarán con los cambios que hayan hecho? —preguntó Jisung con el ceño fruncido —No les queda mucho tiempo.
Chenle suspiró y dejó las papas a un lado —Estábamos pensando en que el sábado y el domingo los podríamos usar para practicar. No tendremos la cancha del colegio pero hay una en un parque cerca, así que supongo que servirá. Luego el lunes, martes y miércoles practicaremos en el gimnasio del colegio.
—¿Y el jueves?
—Tenía planeado que hagamos un pequeño entrenamiento después de clases y luego descansemos toda la tarde, pero todavía estoy viendo eso —bebió de su bebida aún con las miradas de sus amigos en él.
—Bueno, ten por seguro que vamos a ir a apoyarte —dijo Jeno y mostró sus sonrientes ojos haciendo que los demás sintieran también.
Chenle sintió esa calidez que siempre sentía cuando estaba con sus amigos y sonrió ampliamente —Gracias chicos, en serio.
