Aprovecho la salida de Louis para vestirme, preparar a Valerie y juntas irnos al centro para hacer las compras de navidad. Meto su carrito en el maletero del coche y la siento en la silla de bebé que está en el asiento del copiloto.
El cielo está encapotado y no creo que falte mucho para que se ponga a llover, por lo que me pongo en marcha para llegar cuanto antes al centro comercial. No me gusta conducir con mal tiempo, y menos si Valerie está conmigo.
Empujo el carrito de Valerie por cada una de las tiendas que me voy encontrando. Está dormida, pero no creo que falte mucho para que se despierte a causa del hambre, por lo que debo darme prisa con las compras. Cuando veo Divinity Fashion me detengo en la puerta decidiendo si entrar o no. Finalmente, cuando veo como Kat me saluda desde el mostrador, decido pasar. Ella acude corriendo a ver a la niña, y hace una mueca cuando se da cuenta de que está dormida. No dejo de mirar hacia todas partes, temiendo encontrarme con él. Kat me mira haciendo un puchero.
-Greg no está -dice-. ¿Cuándo se despertará?
-No creo que falte mucho, enseguida tendrá hambre -ella asiente todavía haciendo un puchero, y se dedica a acariciar la mejilla de la pequeña-. Kat, como la despiertes te aseguro que me iré y no tendrás oportunidad de cogerla.
Dejo a la niña con Kat, y con la seguridad de que Greg no está, recorro la tienda en busca de algo apropiado para mi madre. Ya tengo el regalo de todos, pero me faltan el de ella y el de Louis.
Mientras observo las prendas de la nueva colección, decido llevarle algo también a las hermanas de Louis, y a su madre. Después vuelvo a la caja y le tiendo la ropa a Kat. Ella aparta su atención de Valerie y se dispone a empaquetar todo. Cuando creo que tengo todo me dispongo a despedirme de Kat, quien se niega a que me vaya hasta que la niña despierte y pueda tenerla en brazos un rato. Termino convenciéndola de que si espero a que se despierte no me dará tiempo a terminar las comprar y le digo que puede pasarse a la tarde por casa.
Recorro dos veces el centro comercial en busca del regalo de Louis, pero verdaderamente no sé qué le podría gustar a alguien que lo tiene todo. Entonces, casi a la salida, algo llama mi atención y con una sonrisa me dispongo a entrar en la tienda. Ya lo tengo.
El sonido de los pájaros en las jaulas llena el lugar. En una zona hay peceras con miles de pececitos de todos los colores habidos y por haber, en otra hay jaulas con gatitos. También llego a ver tortugas, pero yo me dirijo directamente a las jaulas de los cachorroros de Bichón Maltés. Son preciosos, de un pelaje tan blanco que casi parece algodón. Creo que a Louis le gustará.
Decido que no puedo llevarme al perrito a casa sin que lo vea Louis, por lo que aprovecho la hora de la comida de Kat y quedo con ella en el parking del centro comercial. Le pido como favor especial que me cuide de la perrita y ella a cambio me hace chantaje. Quiere pasar toda la tarde con Valerie sin que Louis ande como gruñón por el medio. Le prometo que haré lo que pueda con Louis y ella acaba llevándose la jaulita con la pequeña cachorrita.
Cuando llego a casa me encuentro a Louis dando vueltas de un lado a otro por el salón, tiene el teléfono en la manoa y no para de pasarse los dedos por el pelo.
-Louis, ¿pasa algo? -pregunto dejando las bolsas sobre el sofá. Él se da la vuelta y me mira enfadado.
-¿Se puede saber dónde te habías metido? He estado casi toda la mañana llamándote -exclama. Bufo cuando escucho a Valerie empezar a llorar.
-No podía contestar mientras conducía -respondo mientras tomo a la niña enntre mis brazos-. He ido al centro a hacer las compras de navidad.
-Pudiste haber esperado a que llegase, o al menos haberme dejado una nota o algo -gruñe-. Pensé... que me había dejado.
Eso último no estoy segura de si lo dijo por que apenas fue un susurro, pero fue lo que entendí, y algo en mi se removió.
Me siento en el sofá para darle el pecho a Valerie quien no deja de llorar. Louis suspira y después se mete en la cocina. Escucho el sonido de cacharros cayendo al suelo y quiero levantarme a ver que pasa, pero no puedo por Valerie, por lo que le pego un grito preguntándole qué ha pasado. Él me responde que no ha sido nada y decido dejarlo estar.
Cuando vuelvo a dejar a Valerie en su carrito, ya dormida, voy a la cocina a ver qué está haciendo Louis, y me sorprendo al verlo preparar la comida. Está concentrado troceando los tomatitos para la ensalada. Le ayudo a terminar la comida y después nos sentamos juntos a la mesa, hablando lo justo y necesario. Cada día que pasa las cosas entre nosotros están más frías.
A las cuatro aparece Kat ansiosa por ver a la niña. Termino convenciendo a Louis de que salga con los chicos aprovechando que está de vacaciones y así ambas tenemos la tarde tranquila.
-Pero qué preciosa es esta niña -dice haciendole caras extrañas a la niña, quien termina por echarse a llorar-. Hey, no llores pequeña. Ea ea...
Me echo a reír al verla tratando de tranqulizar a la niña, que no deja de llorar. Me levanto y cojo la pañalera. Es hora de cambiarla.
-Ten, verás que una vez la cambies dejará de llorar -Kat me mira desconfiada, pero termina por intentar cambiarle el pañal. Lo consigue, pero su trabajo le cuesta.
-No sé cómo puedes hacer esto todos los días -dice viendo el pañal.
-Y eso que no has visto lo peor -le digo riendo.
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¡Hola! Como siempre un capítulo aburrido, lo he escrito a correr porque tengo examen de matemáticas y bueno... yo y las matemáticas no es que nos llevemos muy bien y debo estudiar el doble, pero no quería dejaros sin capítulo así que aquí lo tenéis.
32 y subo
En el capítulo anterior, dijistéis que si estuviéseis en el lugar de Julia se la chucparíais a Louis, y bueno, aunque yo también lo haría si fuera Julia -no le digáis a mi madre que dije esto que me mete en un convento de por vida-, pues si os fijáis en la personalidad de Julia os daréis cuenta de que es ultra femisnista, por lo que el acto de chupársela a Louis le parecería humillante y sería de las mujeres que piensan que antes de arrodillarse frente a un hombre se cortan un brazo.
Bien, aclarado esto, me voy a estudiar matemáticas que buena falta me hace. Besoss :)
