#28

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Suspiro, cierro los ojos y cuento hasta diez para relajarme. La peluquera se encarga de mi pelo, haciendo un moño. Veo el vestido, todavía colgado y me muerdo el labio nerviosa. Mi madre me observa sentada en la cama, con los ojos llenos de lágrimas, decido no ver mucho para ella o acabaré arruinando el maquillaje.

Kat y Lynn están preciosas, con sus vestidos rosa palo a juego y el pelo suelto cayendo en ondas por su espalda. Creo que ellas están incluso más nerviosas que yo, y ya es decir.

Cuando estoy completamente lista, mi madre vuelve a ponerse a llorar, me abraza como si no me hubiese visto en años y al ver que mis amigas también están a punto de llorar, tengo que retener ñas lágrimas que se van acumulando en mis ojos. 

Mi pequeña Valerie descansa en una cunita, y cuando mi padre llega para hacerme saber que es hora de irse a la iglesia, me acerco a ella y beso su mejilla regordeta. Mi madre me promete que ella se hará cargo y que cuando mi padre y yo lleguemos, ambas nos estarán esperando. Después abrazo a mis chicas y, del brazo de mi padre, bajo las escaleras y nos subimos en el coche. 

Por el camino juego con mis manos mientras me muerdo el labio constantemente. Y debo aguantar nuevamente las lágrimas, cuando mi padre me da un pequeño discurso sobre que yo siempre seré su pequeña y que si Louis se atreve a hacerme llorar le cortará las pelotas sin compasión.

En la iglesia, los invitados esperan impacientes mi llegada, y cuando me bajo del coche, la madre de Louis y sus hermanas corren hacia mi, Johanna me da un abrazo y me ayuda a acomodar el vestido y el velo. 

Cuando todos entran en la iglesia sé que ha llegado la hora, y del brazo de mi padre, entro al ritmo de la marcha nupcial. Louis está al final del largo pasillo, me mira y sonríe, le sonrío de vuelta y me muerdo nuevamente el labio -al final acabaré haciéndome daño-, pero es que está tan guapo que no puedo resistirme.

Una vez en el altar, mi padre une nuestras manos y le da una pequeña advertencia a Louis, y el sacerdote que estaba frente a nosotros, soltó una pequeña risita. Yo también sonrío y beso la mejilla de papá, antes de que se vaya a su sitio.

Louis me mira y me sonríe y después se inclina hacia mi, besa mi mejilla y susurra:

-Estás preciosa -sonrío y le respondo que él también está muy guapo.

La ceremonia comienza, y con nuestras manos entrelazadas, escuchamos al cura hablar, de vez en cuando nos miramos de reojo y sonreímos. Desde luego, estoy deseando con toda mi alma que llegue la noche de bodas. No me ha tocado a pesar de que el mes y medio establecido por el médico ya ha pasado, dice que si esperábamos hasta esta noche, lo desearíamos con más ganas. 

Cuando llega el momento de dar el sí, creo que los nervioso se apoderan de mi. Por mi parte, respondo sin vacilar, pero cuando llega el turno de Louis, él ve hacia atrás y creo que su mirada se cruza con la Hannah. Entonces creo que ahora el que se siente obligado a casarse es él y que lo que de verdad desea es irse con ella.

-Louis... -le llamo para decirle que si quiere parar esto, lo pararemos.

Él me mira, me sonríe, y después mira al sacerdote.

-Por supuesto que quiero -dice alto y claro. Su sonrisa no se borra en ningún momento, y creo que las lágrimas vuelven a mi.

Después viene el beso, y Louis me agarra de la cintura y me besa como si no lo hubiese hecho en siglos. Menudo beso de película. Creo que ya se le está haciendo costumbre eso de dejarme sin aire.

Cuando el cura bendice el unión veo a sus compañeros de equipo, que están situados al fondo, ponerse de pie y aplaudir y silbar con entusiasmo. A ellos se une el resto de los presentes.

De la mano salimos de la iglesia y fuera somos recibidos con flores y arroz. Compadezco a la peluquera, tantas horas tratando de hacerme un moño de escándalo para que ahora se viese arruinado por una estúpida tradición. 

En el restaurante saludamos a amigos y familiares, disfrutamos del banquete y cortamos la tarta. Bailo con todo el mundo y disfruto como nunca, incluso me tomo un tiempo para sentarme a respirar y tener a mi pequeña un ratito conmigo. El problema de todo esto... que no he tenido la oportunidad de estar con Louis más de dos minutos seguidos. Todo el mundo nos reclama y casi no nos vemos.

Bailo con alguno de mis primos, que hacía siglos que no veía, y después Kat, Lynn y yo nos movemos en el medio de la pista mientras todo el mundo nos observa. Sophia y Leslie se unen a nosotras y poco a poco, todo el mundo baila sin vergüenza alguna. 

Es cuando estoy a punto de bailar con Zayn, que siento como alguien tira de mi brazo. Es Louis, y de la mano me lleva hacia uno de los baños cuidando que nadie nos mire, entonces cierra la puerta y me acorrala contra el lavabo.

-Siento el haberte secuestrado así, pero cada vez que intento acercarme a ti alguien lo impide -sonrío y nos besamos. Un pico, otro pico, otro pico y por fin un beso de verdad.

-¿No podemos irnos ya? -pregunto acariciando su rostro. Él sonríe, pero para mi disgusto niega.

-Te espero en la puerta trasera en media hora, procura que nadie te vea ¡o no saldremos de aquí ni mañana!  -río y lo beso nuevamente-. Y ahora, señora Tomlinson, creo que es hora de volver.

Tras un último beso, salimos del baño y enseguida nos acaparan a ambos. Durante la media hora nos dirigimos unas cuantas miradas cómplices, y cuando vemos que se acerca el momento, uno por uno, nos acercamos a nuestra niña y nos despedimos de ella. 

A las ocho en punto nos encontramos en la salida trasera del restaurante, dónde un coche nos está esperando. Louis me abre la puerta y después él se sube en el asiento del piloto.

-¿Ya lo tenías planeado? -pregunto al verlo poner las llaves en el contacto.

-Siempre hay que estar preparados -y tras una sonrisa, nos ponemos en marcha.

Louis insiste en que debo entrar en la habitación en sus brazos, yo me río por ello pero acabo cediendo. Una vez dentro, cierra la puerta y todo el romanticismo se acaba. me estampa contra la pared y me besa con desesperación.

-He esperado esto todo el día -dice.

-Pues yo lo he estado esperando los últimos meses -Louis sonríe y lleva las manos a mi pelo, donde se encuentra una maraña de horquillas que va quitando cuidadosamente.

Una vez mi pelo cae en ondas rebeldes sobre mis hombros y espalda, Louis sonríe satisfecho y me da la vuelta para deshacerse de mi vestido, pero se entretiene demasiado tiempo con el cierre.

-Te juro que acabaré por arrancártelo -murmura ansioso. Me echo a reír y como puedo, lo ayudo a desatar los pequeños botones.

Cuando me veo libre del vestido, Louis me observa, y se muerde el labio. Y ¡joder! con su manía. Me acerco a él y capturo su labio entre mis dientes y tiro. Sus manos se mueven por mi piel, dejando una sensación que me vuelve loca.

-Veamos, futbolista de cuarta, ¿te desvistes o te desvisto? -pregunto apoyando las manos en mis caderas. Él sonríe y da una vuelta con los brazos extendidos.

-Soy todo tuyo, orgullosa.

Me desvivo por desnudarlo y cuando por fin lo tengo ante mi tal y como Dios lo trajo al mundo lo empujo haciéndolo caer sobre la cama. Gateo hacia él y paseo mi mano por su pecho.

Nuestras bocas se unen con desesperación y los últimos retacos de tela que cubren mi cuerpo, terminan arrojados en cualquier parte. 

Finalmente, nos entregamos al deseo retenido por tanto tiempo.

_________

Bueno, sois demasiado buenas y confiáis mucho en Louis, pero esta vez estábais en lo cierto, el futbolista de cuarta no mentía. Oh bueno, quizás sí...

Solo queda el epílogo, y creo que me está dando pena que se acabe.

Espero que os haya gustado. ¡Muchos besos!

The Footballer ║LT║ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora