Aprieto la mano de Louis, quien con su otra mano acaricia mi cabeza. Sigo las instrucciones de la matrona mientras trato de sobrellevar el terrible dolor. Lo estoy pasando mal, muy mal, y creo que después de esta no vuelvo a quedarme embarazada.
-Venga, Julia, un poco más -escucho decir a la mujer. Siento que cada vez tengo menos fuerza para empujar, pero no me ringo y sigo haciéndolo cada vez que la matrona me lo pide.
La cara de Louis es todo un poema. Parece estar pasándolo mal, y creo que en este momento no podría importante menos, después de todo él ha sido el principal causante de que yo esté aquí hoy.
Mis ojos me pesan, pero me niego a cerrarlos. Hago mi mayor esfuerzo por mantenerme despierta he intento seguir empujando.
Los momentos siguientes son muy confusos. Escucho un llanto, y después la voz de Louis preguntando qué está pasando. Escucho murmullos y entre ellos distingo mi nombre.
-¿Qué... pasando? -creo que es la voz de Louis. No consigo oír todo lo que dice puesto que mis ojos se han cerrado y en mis oídos hay un molesto pitido-. ¡Julia! ¡Julia!
La oscuridad lo envuelve todo y lo siguiente que recuerdo es despertar en una habitación e paredes blancas muy parecida a la otra en la que habia estado anteriormente.
Abro los ojos muy despacio, acostumbrandome a la claridad. Me llevo una mano a la cabeza y entonces me doy cuenta de que hay una vía intravenosa en mi brazo lo que me impide doblarlo. Observo a mi alrededor y cuando mi vista consigue enfocar, alcanzo a ver a Louis acostado en un pequeño sofá. Está durmiendo.
Me incorporo lentamente en la cama y suelto un jadeo cuando la aguja de la vía se me clava todavía más, lastimándome.
-Julia -levanta la mirada hacia Louis quien se está poniendo de pie y viniendo hacia mi-. ¿Cómo te encuentras, preciosa?
-Bien... o eso creo -murmuro. Tengo la boca seca y Louis parece darse cuenta porque me tiende un vaso de agua. Agradecida, bebo el contenido y después se lo devuelvo.
-Me has dado un susto de muerte -dice-. Cuando cerraste los ojos pensé...
-¿Dónde está la niña? -pregunto. Él me mira y después se pasa la lengua por los labios.
-Ahora la traen, no te preocupes. Han tenido que hacerle unas pruebas, al parecer no respiraba del todo bien -la angustia recurre mi cuerpo y quiero levantarme de esa cama y buscar a mi hija. Entonces Louis sonríe y acariciando mi mejilla dice;-. Tienes que verla, es preciosa.
La puerta se abre y mis dos amigas entran en la habitación con unos vasos de plástico que, creo, contienen café en la mano. Kat le tiende uno a Louis y este le sonríe agradecido.
-Veo que ya has despertado, ¿cómo te encuentras? -pregunta Lynn acercándose a la camilla. Le respondo que bien y después tanto ella como Kat comienzan a bombardearme a preguntas sobre cómo ha sido dar a luz. Louis interviene, y les pide que me dejen descansar, cosa que agradezco.
Veo hacia el reloj que hay colgado en la pared, son casi las siete de la mañana. El tiempo parece no pasar mientras espero para conocer a mi niña. Cuento los minutos que pasan hasta que una enfermera aparece en la habitación arrastrando una cuna. Louis al verla sonríe y se pone de pie. Entonces coge de la cunita a un pequeño bebé y sonriendo me lo acerca.
No puedo evitar sonreír cuando deposita a mi nuestra niña en mis brazos, y desde luego él tenía toda la razón, es una niña preciosa. Tiene escaso pelo, pero el poco que tiene es castaño rojizo, como el de Louis. Tiene las mejillas sonrosadas y los ojitos cerrados. Sus manitos son tan pequeñas que apenas puede coger mi dedo meñique.
La enfermera me indica cómo debo darle de comer, y en un primer momento me siento muymal al ver que ella no es capaz de comer directamente de mi pecho, pero después ella lo consigue y me saca una sonrisa. La acuno entre mis brazos mientras ella succiona en busca de leche.
-Bueno, ¿y cuando pensáis decirnos como se llama? A este paso se graduará en la universidad y, aquí, sus tía preferidas todavía no sabemos su nombre -dice Kat.
-Valerie April Tomlinson -murmura Louis. Sonrío. Hace un mes atrás conseguimos ponernos de acuerdo por fin y decidimos que así se llamaría nuestra hija.
Tal y como me indica la enfermera me encargo de sacarle los gases a la niña en cuanto acaba de comer y después, es arrebatada de mis brazos por Lynn y Kat. Ellas, literalmente, babean alrededor de mi hija mientras Louis las mira con el ceño fruncido.
-Diles que me dejen coger a mi hija -dice Louis haciendo un puchero.
-No seas egoísta, Tomlinson, que tú podrás tenerla todos los días -dice Kat. Louis no parece contento con su contestación porque su ceño se frunce todavía más.
La puerta se vuelve a abrir, y esta vez lo primero que veo es una cesta con globos rosas y blancos, llena de lo que parece ser ropa y juguetes. Lo sieguiente que veo es a mi padre seguido por mi madre, quien al verme sonríe entusiasmada y corre a abrazarme. MI padre deja la cesta en donde puede y después me abraza él también.
-¿Cómo está mi pequeña? -pregunta tras besar mi frente.
-Bien -respondo sonriendo. Entonces mi madre se lleva las manos a la boca al ver a la pequeña en brazos de Kat y, sin dudarlo, corre a quitrsela.
-Aiiissh, pero si es igualita a ti cuando naciste -dice ella emocionada. Mi padre tímidamente se acerca para ver a Valerie. Él, que en un principio no había estado para nada contento al enterarse de que iba a ser madre soltera, estaba que no cabía de la dicha.
-Esta niña es una hermosura -murmura, y suelto una risita al ver a Preston Richards babear por su nieta.
Louis se mantiene en todo momento a mi lado, dice que mi padre le intimida después de que, al presentarlos hace unos eses, este lo hubiese amenazado con cortarle lo que tiene entre las piernas por haberse atrevido a tocar a su hijita y aun por encima haberla dejado embarazada.
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¡Hola! Por fin ha nacido. Valerie April Tomlinson ha llegado al mundo. Espero que os haya gustado este capítulo, personalmente, no podía esperar para subirlo.
Cuando este capítulo llegue a los 25 votos subiré el siguiente, así dependerá de vosotras el que suba antes o después.
¡Besos!