#6

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Cuando salgo del baño, Louis está sentado en la cama. Parece absorto en sus pensamientos por lo que decido no molestarlo. Me acerco a la cómoda y me maquillo rápidamente. Tengo pensado salir a dar un paseo, estar encerrada me mata.

—Iremos al centro comercial —murmura Louis. Lo miro a través del espejo con una ceja alzada—. Tenemos que comprar las cosas del bebé.

—Louis, todavía faltan muchos meses, además ¿dónde piensas ponerlas? solo tienes una habitación y es precisamente la que ocupamos nosotros.

—Joder, tienes razón... —se pone de pie y busca su teléfono en e bolsillo del pantalón que está encima de una silla. Marca un número y se lleva el teléfono a la oreja—. Hola ¿mamá?... ¿todavía conservas la casa de las afueras?... sí, esa... pues te la compro... mañana iré a visitarte y te cuento para qué... nos vemos, un beso... y yo a ti, mamá.

Cuando se da la vuelta me mira observarlo con la boca abierta. No puedo creer lo que acaba de hacer.

—¿Qué? —pregunta.

—Estás jodidamente loco.

—Esa boca, y no, no estoy loco, solo quiero lo mejor para mi hijo.

Niego y salgo de la habitación. ¡Está como una puta cabra! Se ha comprado un casa en menos de diez minutos, cuando faltan siete meses para que nazca el niño. 

—Tómate la pastilla, y la galleta —dice caminando detrás de mi. Bufo. 

—Sí, hombre, tranquilo. Joder...

—¡Esa boca!

—¿También vas a controlar mi forma de hablar? —pregunto sentándome en un taburete en la isla de la cocina.

—No quiero que digas tacos, los niños aprenden rápido.

—¡Pero si todavía no ha nacido!

—No, pero escucha todo lo que dices —bufo. No me puedo creer que sea tan insoportable. No puedo ni hablar sin que esté metiéndose de por medio el muy pesado. Si es así ahora, no quiero ni imaginarme como será cuando nazca el bebé.

Me tomo las pastillas y la galletita de jengibre junto con mi desayuno. Estoy tan aliviada de que la dichosa galleta funcione. Odiaba pasarme en día vomitando, sobre todo por las mañanas. 

—Hoy iremos al centro comercial y mañana a visitar a mi madre, debemos darle la noticia —dice sentándose a mi lado. Asiento en acuerdo. Todo sea por no discutir.

***

Nos pasamos prácticamente toda la tarde dando vueltas por el centro comercial. Hemos comprado una cuna y ropa, mucha ropa. Que no sé para qué si todavía no sabemos si va a ser niño o niña, pero bueno, si a Louis le hace ilusión habrá que dejarlo.

—Tenemos que pensar el nombre —dice Louis mientras caminamos hacia la salida—- Si es niño podríamos llamarle... Kevin y si es niña... pues... si es niña escógelo tú. ¡No! mejor lo escojo yo que a saber que nombre le pones.

—No le voy a llamar Kevin a mi hijo. Me gustaría más llamarlo... no sé... ¿Jace?

—¡Jace es horrible!

—Pues anda que Kevin...

—Kevin es un nombre muy bonito. 

—Precioso —respondo con ironía. Me saca la lengua y mete las cosas en el coche. Peor que un niño pequeño...

Volvemos a casa justo a la hora de cenar. Louis deja las bolsas encima del sofá y se va a la cocina. Yo me voy al cuarto y me saco los zapatos. Andar todo el día me ha destrozado los pies. Me meto en el baño y me pongo a llenar la bañera. Me apetece relajarme un rato. Una vez está lo suficientemente llena, cierro el grifo, le echo sales y me desvisto. 

Dentro de la bañera cierro los ojos tratando de relajarme, y cuando lo consigo la puerta se abre y Louis entra. Me llevo las manos a los pechos.

—¿No sabes llamar? —pregunto enfadada. Louis pone los ojos en blanco.

—No es nada que no haya visto ya. La cena está lista —dice y sale del baño. Idiota. No lo aguanto.

Salgo de la bañera cabreada. Mi intento de relajarme a sido frustrado por un idiota controlador. Me visto y voy a la cocina para cenar. Louis ya está sentado a la mesa.

—Mañana iremos a ver a mi madre, no sé como le va a sentar la noticia de que va a ser abuela tan pronto.

—A mis padres casi les da un infarto cuando se lo dije, pero terminaron aceptándolo.

***

Louis me despertó a las nueve de la mañana y me metió en el coche casi arrastras. Después de una hora de camino, con sus paradas para ir al baño y demás, llegamos a nuestro destino. Estamos a las afueras de la ciudad parados frente a una gran casa. Bajamos del coche, y Louis me guía hacia la entrada. Llama al timbre y poco después nos abre una niña de unos ¿ocho años? ¿nueve? no lo sé. 

—¡Louis! —grita abrazándolo. Escucho otro grito y entonces veo a otra niña, idéntica a la primera correr hacia Louis. 

—Mis niñas ¿cómo estáis? —vale, debo reconocer que se ve tierno... ¿Así será con nuestro hijo?

—Mamá te está esperando —dice una de ellas. Louis me agarra de la mano y entramos en la casa. Es preciosa. Entramos en el salón dónde hay una señora, supongo que es la madre de Louis. La verdad es muy guapa. 

—Hijo, cuanto tiempo sin verte. Ya me explicarás para que quieres una casa tan grande para ti solo —Louis abrazó a su madre y después esta nos invitó a sentarnos.

—En realidad no es para mi solo —Louis agarra mi mano y le da un apretón—. Mamá...

—Ay Dios, Louis no me digas que... —su cara se llenó de felicidad— Ay hijo, no sabes que feliz me haces, por fin sientas cabeza. ¿Cuando es la boda?

—¿¡Qué¡? —exclamo.

—Mamá, no habrá ninguna boda. Julia y yo... vamos a tener un hijo, por eso necesito la casa, pero no va a haber boda, eso te lo aseguro.

—¿Un hijo? ¿voy a ser abuela? —Louis y yo asentimos y ella se lleva la mano al pecho—. Bueno, no es lo que me esperaba pero... está bien ¿cuando nace?

—En enero —respondo.

—¿Y estáis seguros de que no queréis casaros? —pregunta esperanzada.

—No, mamá. Julia y yo ni siqueira somos pareja.

—Entonces...

—Fue un accidente —respondo.

____________

 ¡¡Hola!! 

Antes que nada quiero daros las gracias por los votos y comentarios del capítulo anterior. Me habéis hecho muy feliz. Espero que este capítulo os guste y también reciba bastantes votos. No s olvidéis comentar, me gusta que me deis vuestra opinión.

Iba a subir el capítuo ayer pero se me borró y tuve que volver a escribirlo, no quedó como quería pero bueno. Espero que igualmente os guste.

¡¡Gracias y besos!!

The Footballer ║LT║ (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora