🌕 𝑺𝑬𝑵𝑲𝑼𝑼 𝑰𝑺𝑯𝑰𝑮𝑨𝑴𝑰 𝒙 𝑶𝑪 𝑪𝑰𝑬𝑵𝑻𝑰𝑭𝑰𝑪𝑨
── Las manecillas del reloj al dar el medio día, siguieron moviéndose a pesar de que la humanidad se detuvo. Ella esperaba pacientemente pagando su sentencia con el sueño de cien mil mill...
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Ruri la dejó sola nuevamente después de intercambiar breves palabras y haber recibido esa invitación inesperada, dejó ropa limpia perfectamente doblada y se llevó la que estaba manchada por lodo y sudor. Galatea se sintió un poco fuera de lugar, esa era su ropa y su responsabilidad. Pero Ruri no le dejó ni siquiera reclamar, definitivamente deberá hacerle algo muy lindo después.
La albina siguió su tarea de crear espuma y comenzar a tallarse el cuerpo para retirar las impurezas. A pesar de no ser un jabón hecho de glicerina, ceras o aceites; dejaba una sensación bastante refrescante y limpia. Ahora se sentía mucho más suave y reluciente.
Después de asepsiar su cuerpo, continuó con su cabello; el cual era el peor de los desastres. Sus delgadas y finas fibras de cabello blanco Luna se encontraban rígidas, sucias y enredadas. Fue ahí donde Galatea puso fuerza y talló con fervor su cuero cabelludo con las uñas y talló desde la base hasta la punta del cabello; asegurándose de meterse dentro del río para que éste se llevara la espuma sucia y repetir la acción hasta que su cabello luciera decente.
Al terminar su aseo personal, la niña respiró profundo hasta que el pecho le dolió y como un gatillo cerró la garganta para evitar el escape de aire. Fue entonces que se adentró completamente en el río para nadar un poco contra corriente, de este modo permanecería en el mismo lugar. Ojos y boca cerrados, movía brazos de manera sincrónica y alternaba sus pataleos para estabilizarse en las aguas templadas. Galatea trataba de ordenar sus pensamientos, concentrándose en los latidos de su corazón que lentamente disminuían por el corte de oxígeno suministrado.
Llegó a ese reino científico sin esperar nada a cambio, siempre fue bastante retraída y apática con el resto. Simplemente creía que con una buena cara y adaptarse a lo que le impusieran sería suficiente y llevadero. Es por eso que a los primeros halagos o muestras de interés hacia ella; le hacían sonrojar tanto. No esperaba una presentación como la de hace rato ni una fogata para que sus, ahora compañeros, pudiesen conocer a la nueva integrante. De alguna forma dentro de su pequeño corazón sangrante; se sentía parte de algo y eso llenaba su interior de calidez. Era algo nuevo. Algo tan común para cualquier persona de su edad era terreno desconocido para la científica.
Algo dentro de la cabeza de la niña le envió la señal de alerta de que si no recibía oxígeno pronto; se desmayaría. Y entonces con rapidez y sutileza Galatea dejó de nadar, tocó el fondo rocoso del río con la punta de sus pies y se impulsó para sacar su cabeza del agua en un sólo impulso. Cuando salió a la superficie sacó el Dióxido de Carbono e inhaló sonoramente, las cigarras seguían cantando y los astros aún brillaban. Era increíble la forma en que la mente se perdía en sí misma.
