🌕 𝑺𝑬𝑵𝑲𝑼𝑼 𝑰𝑺𝑯𝑰𝑮𝑨𝑴𝑰 𝒙 𝑶𝑪 𝑪𝑰𝑬𝑵𝑻𝑰𝑭𝑰𝑪𝑨
── Las manecillas del reloj al dar el medio día, siguieron moviéndose a pesar de que la humanidad se detuvo. Ella esperaba pacientemente pagando su sentencia con el sueño de cien mil mill...
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-¡No puedo hacerlo! -Una pequeña niña pelinegra soltó el pedazo de grafito con el que estaba escribiendo en su cuaderno y se tomó de los cabellos-. ¡Aprender dos alfabetos es muy difícil!
-Claro que puedes. -Galatea, quien sostenía un libro en su mano izquierda fue con la niña que estaba al borde de las lágrimas por el estrés y frustración de no poder aprender a escribir como le gustaría el alfabeto occidental-. Si no pudieras, tampoco podrías hablar. Vamos, esto lo vimos hace un par de días, puedes hacerlo. -La científica se puso de pie al lado del asiento de la niña y se puso de cuclillas para apoyarse contra la butaca de su pequeña alumna-. ¿Qué sigue después de la R? Sigue la S, S de Suika, S de... -La albina alargó sus palabras para que la niña las completara.
-¡S de Snake! -Gritó alegremente la niña.
-Muy bien, ahora anótalo. -Galatea le devolvió el grafito y la infante anotó como ella le dijo-. ¿Y qué dijimos que significabaSnake? -Cuestionó la chica dándole un gentil pellizco a la mejilla izquierda de la infante y esta rió.
-¡Serpiente! -Gritó felizmente con sus brazos al aire.
-¿Y qué sigue después de la S? -La albina le motivó a seguir.
-¡T de Taiju! -Respondió y prosiguió a anotarlo en su libreta con rapidez.
-¡Muy bien! -Galatea chocó los cinco con su alumna y se levantó para mirar a los demás niños y adolescentes-. ¡Démosle todos un aplauso a Suzu por su esfuerzo, todos podemos aprender!
Todos los presentes hicieron sonar sus palmas mientras veían a la pequeña con una sonrisa y ella se sonrojó felizmente. Motivada a seguir aprendiendo lo que la científica se esforzaba por enseñarles todos los días.
-¡Muy bien, Suzu! -La pequeña sandía gritó desde su asiento y continuó saltando y aplaudiendo.
Galatea sonrió amablemente a la niña. Lo último que quería es que por pequeños tropiezos como estos, perdieran el gusto por aprender. La enseñanza debe ser un camino de tolerancia, apoyo y comprensión donde el profesor guía de la mano a sus alumnos con amor por el saber y amor por las personas que formará en el futuro. Por supuesto que no aplaudiría por cada logro de sus alumnos, pero con uno solo bastaba para hacerles recordar lo que se siente el aprender de la manera correcta.
Todos tenían el mismo potencial por aprender y nadie debería sentirse estúpido por no comprender un tema a la primera. Nadie nacía con el conocimiento absoluto y es por eso que debía tener paciencia por sus alumnos como sus brillantes profesores lo tuvieron con ella. Es por eso que veía necesario reconocer siempre los pequeños logros y esfuerzos de sus alumnos, para motivarlos a ir por más.
