10 años antes en Madrid, España
Tanto Carla como Lucrecia, nunca se imaginaron que esos pastelitos preparados por el mayor de los Montesinos, tenían un toque muy especial que las hizo pasar de un momento de euforia, donde saltaron, bailaron, rieron, a terminar tan relajadas tumbadas sobre la alfombra afelpada color azul celeste, mirando al techo de la habitación, preguntándose tantas cosas. Carla y Lucrecia se sumergieron en un pequeño confesionario, aunque hubieron cosas que ya sabían la una de la otra, pero ese momento sirvió para comprobar al cien por ciento algunas sospechas.
— Qué carajos tienen los hermanos García, para tenernos así? — dijo de repente Lucrecia, después de confirmar que Carla estaba muy enamorada de Samuel.
— Por qué lo preguntas Lu? — Carla dijo casi en forma de susurro.
— Pues tú estás tan colgada de Samuel como yo de su hermano mayor — soltó Lucrecia mientras jugaba con sus manos.
— Pero qué dices tía? — Carla se giró quedando de lado y miró fijamente el perfil de Lucrecia — Aún te sigue gustando Nano? —
Lu imitó la misma posición de su amiga y ambas quedaron frente a frente, mirándose fijamente a los ojos y por un momento se quedaron en total silencio.
— Pues si, aún sigo tan pillada de Nano como si fuese la primera vez que sentí ese cosquilleo en el estómago — Lu llevo su mano a su boca y luego presiono sus labios con su dedo índice — pero esto tiene que ser un secreto... nadie lo tiene que saber —
Carla pestañeó varias veces tratando de entender la información que estaba recibiendo y luego asintió con su cabeza. Dejó salir un suspiró.
— Pero entonces... qué pasa con Guzmán? — preguntó la rubia bajando la voz como si no quisiera que alguien más las escuchara y vio a su amiga encogerse de hombros — Lo quieres? — se tapó la boca con la mano y río bajito.
— Pues si... creo... — Lu le dio un toquecito en la punta de la nariz a su amiga antes de volver a la posición en la que estaba anteriormente — pero hay algo que me hace que no me pueda sacar a Nano de la cabeza... — soltó un suspiro profundo y se quedó mirando el techo de su habitación.
— Joder Lucrecia, cuando algo se te mete en la cabeza no hay forma de sacarlo de ahí — Carla susurró y al igual que su amiga miró el techo — hasta que lo pruebas —
— Me conoces tanto amiga... tienes razón es un capricho de esos que se pasan luego de tenerlo. Solo que este capricho no sé si pueda cumplirlo— dijo la mexicana y luego ambas soltaron una carcajada — pero te imaginas que terminemos siendo familia?... Samuel y tú. Nano y yo —
— Pero que cosa tenían esos brownies que ya estás alucinando? — dijo Carla divertida pero después de unos segundos dejó salir un suspiro y apoyó su cabeza con la de su amiga — pero... las señoras de García, joder que bien suena Lu—
— Lo sé, honey. Lo sé — mencionó Lucrecia e imitó la postura de su amiga para luego quedarse ambas en total silencio sintiendo como sus cuerpos se iban relajando cada vez más.
*********
Tal y como se lo había aconsejado Omar, Samuel decidió relajarse y pensar que cuando volviera a estar con Carla para dar el siguiente paso, las cosas saldrían bien. Él deseaba que sucediera y sabía muy bien que ella también lo deseaba con la misma intensidad. Pero mientras ese momento llegaba, ambos continuaron mostrándose demasiado afectivos cuando estaban juntos. Era inevitable para los dos, habían momentos que intentaban controlar eso que sentían y lo hacían, trataban de estar más con sus respectivos amigos pero en algún momento del día, tarde o noche terminaban buscándose mutuamente.
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NEGRO Y BLANCO
FanfictionExiste el momento perfecto y la edad perfecta para el amor? Sus caminos se cruzaron cuando eran apenas unos niños de 8 años. Ambos iniciaron una gran complicidad, crecieron juntos, fueron mejores amigos, se enamoraron el uno del otro. Las circunstan...