Los besos y las caricias fueron intensificándose cada vez más empezando a excitarla. El sexo con Gabriel era realmente bueno era una de las razones por las cuales lo mantenía como su perrito faldero número uno, pero no se comparaba con la única persona que podía enloquecerla con una sola mirada.
Carla en cuanto empezó a pensar en él, en ese chico que podía poner su mundo de cabeza con solo pronunciar su nombre, decidió silenciar su mente y tratar de centrase en las sensaciones de su cuerpo. No quería pensar, solo quería sentir y liberarse, usarlo para satisfacerse y no seguir con la cabeza hecha un lío.
Continuó dejandose llevar, respondiendo a esos besos a esas caricias. Que comenzaron a llevarla a ese estado al que tanto quería llegar. La piel le ardía, notaba sus pechos endurecidos, sus jedeos y gemidos se escuchaban cada vez mas y las ganas de llegar más allá eran demasiadas.
De repente se imagino sintiendo aquellos perfectos labios, embriagandose con aquel sabor que tanto deseaba volver a probar. Sintió esas fuertes manos apretar su cuerpo con la vehemencia que tanto añoraba. Lo sentía a él, sentía a Samuel en cada beso, en cada caricia, en cada gemido de su amante en turno, lo escuchaba decir su nombre una y otra vez provocando en ella pequeños escalofríos.
Las manos de Carla se aferraron con fuerza a la espalda del chico y haciendo que sus uñas se enterraran provoco que este se quejara pero no desistió de complacerla hasta el último segundo.
Dejándose llevar por las sensaciones placenteras, cerró los ojos por varios minutos y cuando volvió a abrirlos sonrió en grande al ver la cara de Samuel. Lo tomó de las mejillas para acercarlo a su boca y besarlo como llevaba deseando desde hace tanto tiempo.
Los gruñidos de satisfacción que él emitía solo la alentaban más y más a seguirse moviendo sobre él y seguirle acariciando. El castaño prosiguió con los besos al cuello y lamió el punto placentero de Carla haciéndola gemir como nunca la había escuchado.
-Oh, sí, no te detengas, Samuel –jadeó ella y la realidad le cayó como un baldado de agua helada.
-¿Samuel? –Preguntó Gabriel confundido y ella contuvo una maldición.
-¿Eh? –Replicó fingiéndose confundida.
-Me has llamado Samuel –le hizo ver Gabriel un tanto dolido por esa confusión– estabas conmigo pensando en otro –aseveró aunque más como un reproche.
-Pero qué tonterías dices –refutó Carla sin abandonar su papel de enfadada– has escuchado mal, he dicho Gabriel, de seguro todo el alcohol que te has tomado te ha hecho escuchar cosas que no son –aseguró enfadada, aunque realmente era más consigo misma por estar pensando en quien hace mucho debía haber sacado de sus pensamientos, que con él que era un simple entretenimiento temporal.
-Carla, linda… –trató de detenerla para disculparse al verla defenderse con tanta vehemencia, pero ella ya se había acomodado la ropa y estaba tomando su bolso– no te tienes que ir, mejor sigamos en lo que estábamos –propuso con una sonrisa lobuna que a ella le desagradó por completo.
-No y mejor nos vemos otro día en el que el alcohol no te haga escuchar estupideces –finalizó y se marchó lo más rápido que pudo del piso de Gabriel.
Carla al salir del departamento y al estar segura que Gabriel no la seguía. Apoyo su espalda en la pared y dejo salir un suspiro profundo para luego regañarce por haberse permitido flaquear de esa manera al pensar en quien había roto su corazón.
*******
A la mañana siguiente y después de no haber dormido más que un par de horas. Carla decidio ir a casa de Lucrecia, no quería estar más tiempo enojada con ella y más que nada le urgía que alguien la hiciera mantener los pies en la tierra y no volver a cometer lo de la noche anterior, que la llevo acumular un montón de llamadas y mensajes de Gabriel, intentando disculparse por algo que él no había hecho.
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NEGRO Y BLANCO
FanfictionExiste el momento perfecto y la edad perfecta para el amor? Sus caminos se cruzaron cuando eran apenas unos niños de 8 años. Ambos iniciaron una gran complicidad, crecieron juntos, fueron mejores amigos, se enamoraron el uno del otro. Las circunstan...