9 años antes en Madrid , España.
Un evento importante se realizaría dentro de la familia Rosón Caleruega, una cena que solían organizar Teodoro y Beatriz, cada año. Cena a la cual asistían todos sus amigos más cercanos y los grandes socios de los marqueses.
Cuando pequeña, Carla detestaba ese evento y todas las reuniones con adultos a las que tenía que asistir forzosamente. Lo detestaba hasta que llegó a su vida aquel niño de ocho años que le tomó fuerte la mano y se convirtió en alguien muy importante y con él que llevaba casi 10 años compartiendo su vida.
La rubia sabía a la perfección que aquella reunión al igual que todas las otras a las que asistían y organizaban sus padres era solo para aparentar. Asegurar quien de todos era el más exitoso en los negocios, quien poseía el mayor capital, quien tenía a la mejor familia y un sin fin de cosas más. En conclusión, la hipocresía en su máximo esplendor.
Días antes de dicho evento, Carla había intentado convencer a Samuel de no asistir a la cena, que ellos podían organizar algo con sus amigos y olvidarse de estar rodeados de todas esos adultos llenos de avaricia. Pero esta vez su novio se negó rotundamente, lo que le sorprendió a ella, aunque sabía muy bien la razón porque Samuel lo hacía. Quería dar una buena imagen e impresión ante los padres de su novia, porque a pesar de que nunca lo habían hablado, el chico entendía que para uno de ellos. Él no era de su agrado a pesar de los años que llevaban conociéndolo.
La noche llego y todo estaba tal cual lo había deseado Teodoro y Beatriz, pues la organización de dicho evento estuvo a cargo de la marquesa, ella quería que todo absolutamente todo saliera a la perfección o tendría que soportar las habladurías, por algunos días, de sus amistades cuando se reunieran a tomar el té o asistiera al club recreativo.
Los invitados comenzaron a llegar uno a uno, saludando a los anfitriones de la casa y haciendo comentarios donde los halagos no se hicieron esperar. Halagos, algunos llenos de falsedad y otros, de los amigos, quizás llenos de sinceridad. Teo y Beatriz se encontraban en la entrada principal recibiendo a todo aquel que llegaba. Las Benavent Villada, Los Montesinos Hendrich, Los Nunier Osuna, y otros apellidos de la élite de Madrid figuraban dentro de la lista de invitados.
Carla se encontraba junto a Lucrecia poniéndose al tanto la fiesta que Valerio se había encargado de organizar. Aunque su objetivo había sido no estar en la cena, a última hora Carla había logrado convencer a Samuel, con ayuda de Lu, de estar unas cuantas horas y luego marcharse.
— Valerio me ha dicho que todo está listo — mencionó Lucrecia mientras junto a su mejor amiga miraban hacia la entrada.
— Perfecto, no sabes las ganas que tengo de poder largarnos de aquí— Carla dijo mientras le daba una rápida revisión a su celular — Creí que Guzmán no vendría a la cena — ambas chicas observaron a Guzmán que se encontraba conversando con el padre de Lucrecia — parece que se ha tomado muy en serio el papel de novio perfecto —
— Eso parece. Hablando de novio perfecto, Samuel vendrá? — Lucrecia miró a su amiga y esta asintio con su cabeza.
— Está por llegar, me ha dicho que se han demorado un poco — Carla sonrió y dejo escapar una risita por lo bajo al imaginarse a Samuel molesto por llegar tarde, sabiendo que ante todo para él la puntualidad era importante.
— Has hablado con tus padres? — preguntó Lu volviendo a llamar la atención de la rubia — sobre la universidad donde has decidido estudiar? —
— Aún no, Samuel y yo queremos decirles cuando estemos juntos — respondió a la pregunta y después en su rostro se formó una sonrisa al ver entrar por la puerta a su castaño junto a Pilar y, para su sorpresa, Nano.
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NEGRO Y BLANCO
FanfictionExiste el momento perfecto y la edad perfecta para el amor? Sus caminos se cruzaron cuando eran apenas unos niños de 8 años. Ambos iniciaron una gran complicidad, crecieron juntos, fueron mejores amigos, se enamoraron el uno del otro. Las circunstan...