9 años antes en Madrid, España
Carla conocía muy bien a Samuel y él la conocía de la misma forma a ella, con solo mirar a los ojos del otro sabían que algo bueno o malo estaba sucediendo con ellos. Y últimamente eso era lo que pasaba con la rubia cuando veía y estaba con Samuel.
Días después de la cena organizada por los Roson Caleruega, Samuel había estado comportándose diferente. Pensativo, callado, su mirada era otra, un poco apagada, había dejado de dibujar y cuando se juntaban con sus amigos solía ignorar las bromas que estos hacían y permanecía en silencio o solo daba su opinión si el tema del que hablaban le interesaba. Por más que Carla intentaba hacerlo hablar para saber que sucedía o le preocupaba, él lo evadía cambiando el tema o usando alguna estrategia de distracción para que ella no volviera a preguntar hasta la próxima ocasión que volvieran a verse.
Carla se encontraba con Lu y Nadia en la cafetería, disfrutando del descanso más largo que tenían durante las clases. Conversaban de todo un poco, de lo que se les avecinaba, de sus planes a futuro, de moda, de chismes y de chicos. En realidad la mexicana y la musulmana eran quienes estaban más inmersas en la conversación, Carla estaba dándole vueltas y vueltas a lo que sucedía con Samuel.
— Ey!! Bitch!! Aquí!! — la voz de Lucrecia hizo volver a Carla a tierra — Todo bien? Pareces andar en otro... mundo? —
— Si, está todo bien — Carla respondió dedicándole una sonrisa y observó hacia dónde Samuel se encontraba con Guzmán y Ander — bueno, no. No está todo bien —
Tanto Lucrecia como Nadia dirigieron su mirada hacia donde lo hacía la rubia y enseguida la castaña supo lo que sucedía. Carla había externado a Lu su preocupación cuando recién Samuel había tenido ese cambio.
— Sigue con ese comportamiento? — preguntó Lucrecia y vio asentir a Carla con algo de desanimo — Ya ha pasado mucho tiempo para que continúe en sus días —
— Por favor Lu — le pidió la rubia a su amiga y dio un resoplido — Ustedes creen que se ha... cansado? —
— Qué? No, no pienses esas cosas Carla — mencionó Nadia y tomó una de las manos de la rubia para acariciarla — Lo más seguro es que este así por todo esto del fin de curso. Todos estamos así por saber que nos espera en cuanto nos graduemos —
— Y si es así, por qué no me lo ha dicho? — replicó Carla volviendo a mirar a Samuel que estaba de brazos cruzados aparentando escuchar la divertida conversación de sus dos amigos — por qué ha decidió guardárselo? Siempre nos contamos las cosas y él sabe perfectamente que no puede mentirme —
— Yo opinó que deberías darle su espacio — sugirió la musulmana — en algún momento Samuel tendrá que decirte lo que está pasando, solo necesita acomodar sus ideas —
— Y si no lo hace? — preguntó Carla — Yo también me siento nerviosa por lo que nos deparará, pero no me he cerrado con él, intento seguir siendo la de siempre — la rubia gruñó y se cruzó de brazos en forma de protesta.
— Tranquila que si Samuel sigue guardándose para él lo que le sucede. Lo haremos hablar — Lucrecia respondió antes de que Nadia continuará aconsejando a Carla que empezaba a desesperarse — De eso me encargo yo — Lu se puso de pie y abrazó por la espalda a su amiga. Poner nervioso a Samuel para sacarle la verdad era el pasatiempo favorito de la mexicana.
Carla se encogió de brazos y mantuvo su mirada hacia donde estaba su novio. Él de repente miró hacia donde ella estaba y alzó su mano en forma de saludo y le sonrío tímidamente. La rubia tenía sus sospechas de la causa a todo, pero no podía asegurarlo si Samuel seguía evadiendo hablar sobre eso. Pues tal como estaba sucediendo ahora ese comportamiento la ponía de malas porque sentía que no podía hacer más para entrar en esa cabeza castaña. Entendía perfectamente que todo mundo tenía días buenos y días malos, pero su novio llevaba varias semanas con días malos.
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NEGRO Y BLANCO
FanfictionExiste el momento perfecto y la edad perfecta para el amor? Sus caminos se cruzaron cuando eran apenas unos niños de 8 años. Ambos iniciaron una gran complicidad, crecieron juntos, fueron mejores amigos, se enamoraron el uno del otro. Las circunstan...