CAPITULO 30

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Cuando Carla llegó a casa de los García Domínguez; después de pasar casi la mayor parte de la noche de fiesta con sus compañeras de facultad, pensando en Samuel y la forma en la cual sacarlo de su cabeza. Creyo que con una sola vez sería suficiente para cerrar ciclo y así podria seguir con su vida, pero lo único que desató aquel encuentro fue que se produjeran más.

Los días iban transcurriendo y entre la rubia y el castaño, había surgido una especie de juego en el que se buscaban solo para pasar el rato, satisfacerse sexualmente y continuar, ante los ojos de los demás, como si no hubiera nada entre ambos. Al menos para Carla así era, pues Samuel empezaba a sentirse un poco perdido ante la relación que estaba surgiendo entre los dos.

El siguiente encuentro, después de haber estado juntos en aquel sofa, fue una noche en la que sin planearlo se encontraron en el mismo club y mientras sus amigos parecían divertirse, ellos no perdieron el tiempo en darse placer en el coche de Samuel.

Uno más fue durante una de las tantas galas de caridad a la que ambas familia asistieron y dónde Carla y Samuel se perdieron por unas cuantas horas. Otra más sucedido en casa de los García Domínguez y las siguentes fueron encuentros acordados en los cuales quedaban de verse en algún sitio.

Por la tarde, Samuel paso por la mansion Roson Caleruega para buscar unos documentos que Pilar necesitaba revisar y los cuales Teo tenía en su poder. Había pasado casi una  semana desde la última vez que Carla y él habían estado juntos y no se habían vuelto a escribir.

- Carla... Hola - Samuel mencionó al ver que la rubia descendía por los escalones. Sintió un escalofrío cuando su mirada se encontró con la de ella.

- Hola, ¿qué haces aquí? - cuestionó la rubia deteniéndose frente a él y sujetando su bolso fuerte.

- Mi madre me ha pedido que viniera a por unos documentos - el castaño introdujo sus manos dentro de los pantalones. No podía dejar de mirarla, realmente se veia muy hermosa - Tu padre quedó de entregarlos -

- Entiendo - Carla lo escaneo de arriba hacia abajo y sin querer se mordió el labio inferior. Se veía muy guapo, traía el cabello algo alborotado - Mi padre ahora mismo está... -

- Si, Mireya me ha dicho que está en una llamada muy importante - la interrumpió y sonrío tímidamente - Tú, ¿tú saldrás? -

- Eh, si, si - respondió un poco nerviosa al sentirse pillada de estar comiendoselo con la mirada - He quedado con Lu para tomar algo -

- Que guay - respondió bajando la mirada por un momento y luego volvio a mirarla - Ayer quise escribirte... -

- ¿Querias verme? - preguntó sorprendida y sonrío tiernamente de solo imaginarse a Samuel intentando luchar contra sus deseos de coger el teléfono y enviar un mensaje.

- Bueno... Yo, estaba... - sintio ponerse nervioso al notar que Carla se había acercado un par de pasos más - solo en casa y quise invitar... -

Samuel no terminó de hablar pues Carla lo había callado de un beso, beso que lo hizo sentir perder la razón por unos segundos. La tomó fuerte de los hombros y la pegó más a él dejando salir un gruñido cuando sintió como ella mordía su labio, pero al recordar el sitio en el que se encontraba lo hizo apartarla de golpe, dejándola un poco aturdida.

- ¿Qué pasa? - cuestionó un tanto agitada por el beso y frunció el seño.

- Espera, espera - Samuel detuvo a Carla en un nuevo intento de besarlo y ella le dió una mirada escrutadora - tus padres, nos... -

- Samuel, mi madre ha salido y mi padre está en su despacho - Carla rodeo el cuello de Samuel con sus brazos e intentó besarlo nuevamente.

- Carla, espera  - la tomó de los hombros nuevamente impidiendo que logrará su objetivo - Primero tenemos que hablar -

NEGRO Y BLANCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora