8 años atrás en Madrid, España.
Nano lentamente fue abriendo los ojos. La luz del sol entraba por la gran ventana y sintió unas cuantas cosquillas en el rostro, que eran producidas por unos cabellos. Frotó su nariz contra la mejilla de Lucrecia antes de darle un dulce beso, mientras ella dormía profundamente entre sus brazos. Lu se desperezó lentamente de una manera tan adorable que Nano tuvo que aguantar las ganas de sacarle unas fotos al verla así tan tierna. Con mucho cuidado para no despertarla se levantó de la cama y caminó hacia donde había quedado su teléfono celular. Lo saco del bolsillo de su pantalón y miró la pantalla encontrándose con dos mensajes y unas cuantas llamadas sin responder. Uno de lo mensajes era de Samuel y el otro de su madre al igual que un par de llamadas. Decidió abrir el mensaje de Samuel que decía:
S: "He hablado con Carla, se ha marchado enfadada de la fiesta y ahora estoy seguro que me odia"
Nano pasó su mano por su rostro y resopló. Él no había estado y no estaba de acuerdo con la decisión que su hermano había tomado de marcharse y dejar todo. Trató incontables veces de persuadirlo para que no lo hiciera, que pensara muy bien las cosas y sobre todo que se diera cuenta de que aquella decisión podría afectar su futuro. Pero conociendo a Samuel que era tan testarudo, sabía que sus intentos eran completamente en vano y que no lo haría cambiar su decisión.
El segundo mensaje, el de su madre. Le recordaba que tenían que estar a las 10:00 am en la estación de trenes para despedir a Samuel. Al notar la hora y darse cuenta que no estaba en casa, rápidamente se comunicó con Pilar para informarle que llegaría directo a la estación de trenes. Después caminó hacia la cama y se sentó en el borde de esta, colocó el teléfono sobre la mesa de noche y se giró solo un poco al sentir que Lu se volvió a mover y dejaba salir un suspiro. Observó su espalda desnuda, su piel tan suave que le dieron muchas ganas de besarla nuevamente, por todas partes.
*********
Después de despedirse de Carla, Nadia y Samuel. Lucrecia y Nano subieron al coche de él y se marcharon de la fiesta. Los primeros minutos de trayecto transcurrieron en total silencio, solo habían miradas fugaces y sonrisas nerviosas entre ellos dos, todo parecía tan nuevo para Nano. El coche seguía avanzando por las calles sin rumbo fijo hasta que Lu, después de darse cuenta que habían pasado ya varias veces por las mismas calles se atrevió a preguntar a qué sitio tenía pensado Nano que fueran.
Por primera vez él no tenía un plan. Su casa no era buena opción, estaba su madre y sabía que si Samuel se encontraba hablando con Carla en esos momentos, lo más seguro que su hermano volviese pronto y los encontraría ahí. En el apartamento de su amigo Christian, mucho menos, no era un lugar adecuado y sobre todo digno de llevar a Lu y así pudieran hablar. A un bar, mucho menos, demasiado ruido y poca intimidad. Lucrecia al ver que no obtenía respuesta y al empezar a desesperarse, sugirió que fuesen a su casa. Sus padres estaban de viaje y Valerio no volvería hasta por la mañana o la tarde o al otro día, depende a cómo su hermano siguiera la fiesta. Así que Nano al saber que estarían solos y que no habrían padres ni un hermano que pudieran cuestionar por qué estaban juntos, acepto y desvió su camino hacia donde se encontraba la residencia Montesinos.
—Aquí podremos hablar tranquilamente — mencionó Lucrecia mientras invitaba a Nano que entrará a su casa — Ella es Flor nuestra ama de llaves — mencionó al ver que él se detenía de golpe al notar la presencia de la mujer y esta solo se dió la vuelta para dejarles solos — No te preocupes, ella no le dirá nada a mis padres. Es de mi total confianza —
— Vale, si tú lo dices. Te creo — respondió Nano sintiéndose más relajado y caminó hacia el sofá para ponerse cómodo después de que Lu le invitara a hacerlo.
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NEGRO Y BLANCO
FanfictionExiste el momento perfecto y la edad perfecta para el amor? Sus caminos se cruzaron cuando eran apenas unos niños de 8 años. Ambos iniciaron una gran complicidad, crecieron juntos, fueron mejores amigos, se enamoraron el uno del otro. Las circunstan...