Una nueva pareja 2.

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Quien despertó primero fue Akko, le sorprendió un poco que Diana la hubiera tomado por la cintura mientras dormía, y ahora estaba pegada a su espalada. Para no levantarla, utilizó un pequeño hechizo que la hacía teleportarse un par de metros a la redonda, no a grandes distancias como Teleportus Mundi, sino algo que abarcaba tan solo dos o tres metros cúbicos. Gerónimo la estaba esperando en la puerta, la saludó entusiasta y ella respondió, era hora de entrenar un poco, Akko no ansiaba entrenar con tanta firmeza, por la misma razón decidió levantarse un poco más tarde, pero terminó con sus planes algo destruidos debido a su gato, quien le obligó como su maestro, a entrenar tan duro como era lo habitual, así que ni ese día pudo descansar la pobre Atsuko.

Al llegar a la habitación para poderse cambiar, la estaban esperando sus dos amigas quienes no cuestionaron nada...

Hay que recalcar que Akko no era capaz de manejar ni un poco la magia actual, pero, ¿quién necesitaba hechizos lentos y desactualizados cuando podrías convocar algo mucho más destructivo en cuestión de segundos?, realmente Akko tomaba clases por mera formalidad y porque no quería meterse en problemas con el consejo ni absolutamente nadie, por eso siempre se encontraba tranquila en los terrenos de la escuela.

Más tarde iría con su novia a almorzar algo, pero mientras tanto, se la paso el resto de la clase anotando en una libreta posibles hechizos y optimizaciones de los mismo, tales como la especie de almacenamiento o potenciar el hechizo volador.

Como fuera que fuera, vayamos con Chariot, quien trataba de evitar a Croix a toda costa, pero no tenía nada de que preocuparse, pues la persona a quien estaba evitando, seguí encerrada en sus aposentos escribiendo quien sabe qué.

Más tarde, Chariot se encontró con Akko en la biblioteca. Hace un tiempo atrás, sería imposible verla por allí de buena voluntad.

La castaña se encontraba leyendo el ritus mortem mientras anotaba en su libreta...

– Hola Akko. –Susurró la pelirroja.

– Hola maestra Chariot. –Correspondió la bruja bastante concentrada en sus escritos. – Se supone que no debemos hablar en la biblioteca.

– En ese caso vayamos a otro lugar, te quiero preguntar algo.

Tras esa petición, Akko siguió a la educadora hasta las afueras de la academia, o bueno, un par de metros alejadas del edificio, Chariot precedió a decir:

– Akko, ¿tú cómo te enamoraste de Diana?

La castaña lanzó un suspiro antes de responder:

– Es complicado. –Exhaló. – ¿Cómo fue?... por una especie de serie de acontecimientos como sueños y otras cosas, pero sería vago responder con firmeza eso que le acabo de decir, pues bien, así comenzó todo, mas, seguimos juntas por alguna razón, ¿la mía?; me parece una chica encantadora, es muy inteligente y aunque a veces si no es que siempre es algo engreída, resulta ser bastante cariñosa y tierna en la intimidad, supongo que ahora que poseo este poder también quiero protegerla. Aunque a veces me da un poco de miedo pensar que pasaría si yo perdiera toda esta fuerza de un día para otro. ¿sus razones para seguirme queriendo?; ni idea, siempre es muy reservada, aunque espero que me las diga pronto.

– No me refiero a eso, o bueno, en parte sí. –Refutó la educadora. – Realmente me refiero a ¿Cómo se siente?, ¿Cómo sabes que estás enamorada de alguien?

– Simple. –Gritó una voz desde lejos.

Se acercó Gerónimo.

– O bueno, no tanto, si tuviera que ponerlo en palabras, diría que es algo así como un impulso incontrolable; o más bien, varios impulsos incontrolables, ver a esa persona y simplemente no poder evitar estar con ella el mayor tiempo posible, sentir "mariposas" en el estómago al verla, simplemente querer ir a darle un beso o un abrazo. No lo sé, ganas incontrolables de estar con esa persona sin importar nada, compartir todo lo posible.

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