Violeta fue demasiado honesta a su palabra, pues en ningún momento trató de acercarse a Akko, quien parecía ir regresando poco a poco con Diana, ya fuese para pedir ayuda o para mantener una pequeña y trivial charla, a la hora del desayuno, Akko y Diana se juntaron a tomar su desayuno; la castaña invitó a "Vi" a la mesa, esto evidentemente hizo refunfuñar a Cavendish, pero terminó sin decir nada.
Al momento de sentarse, comenzó un interrogatorio, de parte de la rubia hacia la pelinegra, Akko, parecía bastante excluida de la plática:
– ¿De dónde eres? –Inquirió Diana.
– Realmente mi madre es una bruja holandesa, mi padre es mexicano, vivió mucho tiempo en Holanda, cuando cumplí siete años, regresamos a México, pues mi padre obtuvo un buen puesto en una editorial mexicana, después fuimos a estados unidos, por el trabajo de mi padre nuevamente, hasta que mis abuelos me visitaron, y convencieron a mis padres de mandarme a Europa, a Gran Bretaña, a la mejor academia de brujas, Luna nova.
– Entonces. –Exhaló Diana. – ¿Sabes hablar tres idiomas?, y, además de eso, ¿Cómo estudiaste magia todo este tiempo sin piedra filosofal?, tengo entendido que tú no sabes utilizar líquidos como el mercurio rojo y azul.
– Desde que nací tengo estas runas tatuadas en mi muñeca. – Comentó mientras dejaba a la vista aquel tatuaje. – De alguna forma estas, actúan como una piedra filosofal.
Akko interrumpió:
– Así es, existen dos formas de manejar tu energía corporal para utilizarla como energía mágica: o aprendes por medio de entrenamientos físicos y mentales o naces con esas runas, que te dan cierta "autoridad", a veces también pueden aparecer de manera natural durante cualquier etapa de la vida. Según el libro también existe la manera de tatuarlas artificialmente, pero los artefactos con los que se tatuaba, ya no existen.
– A mi abuela no le gusta la magia. –Comentó Violeta. – Al menos no la que ella llama "magia antigua", abogó por mí ya que según ella cuenta, esta magia es más blanca y alegre.
– ¿A qué te refieres? –Espetó Diana.
– No estoy segura. –Comentó "Vi" en un tono más cabizbajo. – Mi abuela nunca me dijo sus motivos, pero se notaba el asco y el odio que le tenía al brillo purpura que lanzaba mi varita, pero de algún modo no se sentía un ataque hacia mi persona, era más como si de verdad tuviera pavor del brillo morado, aunque pregunté sus motivos, nunca me los dio. Mi madre me contó alguna vez y de manera muy breve, que mi abuela había perdido a su madre en la guerra, por culpa de un hechizo extremadamente poderoso.
Su tono se volvía aún más débil:
– Las nueve brujas, se instauraron en el siglo VI, es decir en el año quinientos, sin embargo, cien años antes de eso, hubo una guerra inclusive más grande que la última gran guerra en donde participaron brujas, la cual quedó en el olvidó, de esa forma siguieron hasta la generación de la madre de mi abuela, la última gran guerra cobró muchas víctimas, entre ellas mi bisabuela.
Inconscientemente Diana soltó una pequeña lagrima.
Akko se apresuró a abalanzarse sobre ella para limpiar sus mejillas y brindarle soporte.
Akko le pidió disculpas a Violeta y mientras abrazaba a Diana, se alejó lentamente del comedor tapando el rostro de la rubia.
Cuando llagaron a la Habitación de Akko, –la cual era más cercana–, ambas se sentaron en la orilla de una de las camas y Akko, como buena pareja, trataba de consolar a Diana quien no decía una sola palabra, solo estaba ahí... llorando, recostada en el hombro de la castaña.
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Encontrando Sentimientos.
FanfictionHola, no sé cuanta gente vio la nota en mi antiguo perfil o si de plano no vieron nada y no atraje a nadie, pero bueno, el chiste es que hace un año escribí un fic Diakko que no era del todo bueno, más sin embargo he regresado, así que escribiré ese...