Once

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En los días siguientes, profesor y alumno volvieron a quedar para ensayar, encontrándose cada vez mejor el uno con el otro.

A pesar de los nervios, estos cogieron mucha confianza mutua, por lo que Zee acabó por olvidarse un poco de sus propios problemas y Saint, bueno él, terminó por amarlo más y más.

A pesar de los nervios, estos cogieron mucha confianza mutua, por lo que Zee acabó por olvidarse un poco de sus propios problemas y Saint, bueno él, terminó por amarlo más y más

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Una tarde, este fue tan evidente que ya no pudo ocultar más sus sentimientos, aunque el docente ya se había dado cuenta.

Saint tropezó y cayó en los brazos de este y de un impulso quiso agradecerle el salvarle de la caída con un beso en la mejilla pero finalmente fue en la comisura de los labios.

Los dos se quedaron en shock pero entonces al ver que el profesor no se apartó ni le regañó, el castaño se armo de valor y volvió a besarle pero esta vez en los labios y con toda la intención.

Los dos se quedaron en shock pero entonces al ver que el profesor no se apartó ni le regañó, el castaño se armo de valor y volvió a besarle pero esta vez en los labios y con toda la intención

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Tras separarse, muy sonrojado miró a su noqueado maestro.

—Me gustas, me gustas muchísimo y ya no podía callarlo más

Zee sentía lo mismo pero no lo dijo, lo cierto es que se moría por hacerlo pero no podía hacerlo pues si revelaba sus sentimientos, pondría en peligro el brillante futuro de su alumno, además de su expediente laboral.

Habría sido una locura empezar algo que tendría que terminar en pocos tiempo pues no sabía cuanto tiempo le quedaba a su madre, ya que los médicos le habían vuelto a llamar y le habían dicho que esta debía someterse a un nuevo y fuerte tratamiento y probablemente otra operación.

El mayor no tenía corazón para hacer pasar a Saint por eso, haciéndole sufrir mientras esperaba una llamada suya o una palabra de aliento desde el teléfono pues lo más probable era que tendría que regresar a Francia tras las actuaciones.

El castaño que esperaba impaciente la reacción a lo ocurrido, se quedó a cuadros al no recibir otro beso por parte de este como respuesta afirmativa.

Tampoco escuchó una negativa por parte del hombre que tenía delante, tan solo lo vio asentir y luego levantase e irse sin más y eso lo dejó además de confuso, bastante dolido.

21. Dulce como la miel -Zaintsee TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora