Tras conocerse, Zee Pruk y Saint Suppapong sentirán un bonito e intenso amor que irá creciendo día a día. Este será uno de esos amores que son difíciles de encontrar y que duran para siempre, aunque antes de disfrutarlo, ambos deberán superar todos...
Beso a beso, el miedo del mayor fue cediendo ante la arrolladora seguridad y ternura del castaño, el cual empezó a quitarse la primera prenda mientras sentía las caricias en su blanquecina y tersa piel.
-¿Estás seguro?, no tenemos porque hacerlo.
-Quiero hacerlo Zee, te deseo y no puedo estar un minuto más sin hacer el amor contigo...ya no quiero esperar más y quiero que tú seas el primero y el único.
El profesor sonrió ante eso y entonces lo besó con pasión, acto seguido lo cogió en brazos y lo llevó a su dormitorio, donde lo puso con cuidado encima de la cama y siguió besándole.
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Ambos soltaban pequeños y eróticos jadeos de placer, al sentir el roce de sus cuerpos ardiente y deseosos de fundirse.
-Eres tan hermoso que dueles, Saint-habló el maestro jadeante sobre este.
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Rápidamente, este se levantó y se quitó la parte de arriba por la cabeza, dejando a la vista su sexy torso, que enloqueció más aún de deseo al castaño, que gemía impaciente por sentirlo.
-Ven ...ven...
Las prendas superiores de Saint también volaron.
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