Tras conocerse, Zee Pruk y Saint Suppapong sentirán un bonito e intenso amor que irá creciendo día a día. Este será uno de esos amores que son difíciles de encontrar y que duran para siempre, aunque antes de disfrutarlo, ambos deberán superar todos...
Por fin llegó la hora de las actuaciones, los chicos con sus mejores galas y muy ilusionados, aunque también muy nerviosos, miraban asombrados entre bambalinas, como la carpa se iba llenando.
La Universidad, habían interrumpido las clases para que todos tuviesen la oportunidad de disfrutar del concierto de los alumnos de la Facultad de Música.
El rector fue el encargado de presentar el evento y como no, hizo mención al profesor de Composición pues él era el impulsor de que todo aquello se hiciese posible.
Los primeros en actuar fueron Singto y Krist, los cuales salieron al escenario y el público muy entregado no paró de aplaudirlos y gritarles ovacionandoles.
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Al terminar, felices y satisfechos aunque aún con muchos nervios, la pareja salió del escenario con segunda sensación de haber vivido la mejor experiencia de sus vidas pues la primera por supuesto, era el haberse conocido.
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Los siguientes fueron Jimmy y Tommy.
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Los dos sonrieron eufóricos, ya que también había sido un subidón de adrenalina y el público se había quedado encantado.
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Fue un momento tan mágico que las chispas que saltaban entre ellos, se percibió en todo el lugar, llegando al corazón de las personas que estaban allí.
El resto de las demás parejas fueron actuando uno tras otros y cosechando éxitos y aplausos y entonces Saint comprendió que tanto se traía la profesora de baile con Zee.
Al parecer, las veces que los había visto hablando, era porque este le había pedido de favor que algunos de danza bailaran en el escenario, acompañando algunas actuaciones.
Este suspiró aliviado, ya que a pesar de no ser nada ni tampoco haber obtenido respuesta de este después de su declaración, verlos juntos le había puesto muy celoso.
Finalmente llegó la última actuación, por lo que, el rector salió de nuevo al escenario y los presentó.
...—Y ahora, actuaran Zee Pruk, el artífice y profesor de estos maravillosos talentos, con un sus alumnos...él es Saint Suppapong, ¡un fuerte aplauso!.
Un más que emocionado y arregladisimo castaño y el asombrado docente, el cual no podía creer que su alumno favorito pudiese se más hermoso de lo que ya era, salieron y saludaron al entregado público.
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Ambos estaban muy nerviosos pero a pesar de eso, controlaron su voz y sus nervios y consiguieron encantar al público, que incluso al terminar, les gritaron que hiciesen un vis.
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De nuevo en bambalinas, Saint y los demás se felicitaron mutuamente y esperando regresar a clases tras terminarse todas las actuaciones, pensaban que el rector despediría el concierto pero no fue así.
...—Muchas gracias, gracias a estos maravillosos alumnos que nos han demostrado sobre este escenario, lo increíbles y buenos artistas que son pero esto aún no ha terminado pues queda una última actuación...
De repente, todos se miraron y abrieron sus bocas al ver subir al escenario de nuevo a su profesor.
—Gracias a todos por haber venido y haber acogido tan maravillosamente a los alumnos a los que yo he intentado guiar en este trimestre... en el poco tiempo que he estado con ellos he visto que tienen un grandísimo potencial y no dudaba que esto sería un gran éxito pero como tantos momentos en la vida, esto también tiene su paréntesis—habló este entristecido—...desgraciadamente este no sé si será, un final, un punto y aparte o un punto y final.... He organizado esto para ellos y para vosotros, es mi forma de daros las gracias por acogerme tan bien este tiempo... Lamentablemente tengo que dejar de ejercer en esta Universidad por motivos personales pero antes interpretaré esta canción, la cual para mí es como un himno, gracias.
Saint con lágrimas en los ojos, junto sus apenados compañeros lo miraron mientras este cantaba y bailaba rodeado de los bailarines.
Realmente, el profesor creyó no poder terminar la canción pues estaba muy emocionado y le costó controlar los nervios y la emoción, tras mirar había bambalinas y ver al castaño roto en llanto, aunque finalmente lo logró.
—Muchas gracias a todos, hasta siempre.
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