05. Preparatoria

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En unas carpetas más adelante de Jennie estaba Rose, que muchas veces desviaba su mirada hacía ella para asegurarse de que estaba bien, ya que la pelinegra que se sentaba junto a la morena era conocida como la "bestia", pues se metía en muchos problemas. Ayer se rumoreaba que había dañado la motocicleta de unos de los integrantes del equipo de básquet. La rubia estaba claramente preocupada y esperaba a que ese día no le pase por su mente maltratar a la pobre chica.

—Hey, Rosie—llamó su amiga al lado, su cabello teñido de color rosa pastel llamaba mucho la atención

—¿Qué?

—Deja de mirarla o tendremos problemas, no le gusta que la miren, ¿recuerdas lo que hizo a Yuna?—reprendió dándole un leve golpe en su hombro. 

Rose amplió sus ojos y fijó su mirada en el aparato que estaba incluido en la carpeta.

Yuna. Una chica que participa para el periódico escolar, siempre va con su cámara a tomar fotos a los alumnos de la preparatoria, pero tomó una mala decisión al perseguir a la "bestia". Lisa comía en la cafetería, en una mesa alejada de la gente, con sus inseparables auriculares en sus oídos para no escuchar los gritos y risas de los demás, era una toma perfecta para la chica castaña que la miraba desde una mesa no tan lejana de la Tailandesa, pensaba que no se daría cuenta pero lo hizo. Cuando sus miradas se encontraron, Lisa apretó la mandíbula y se levantó de su asiento, quitándose sus auriculares. Sus botas sonaban con cada pasó que daba y Yuna se encogía con cada sonido. Ese día no volvió a ver su cámara nunca más. No le dijo nada a sus padres ni al director, ni siquiera publicó en el periódico sobre lo que había sucedido, eso significaba una sola cosa, "bestia" se había encargado de ella a la salida o tal vez en unos de los baños de la preparatoria.

—¿Crees qué le haga algo, Sana? 

—¿A quién? 

—A Jennie, la nueva—señaló a la morena quien estaba mirando la pantalla en la carpeta. Sana se encogió de hombros.

—Nunca vi que le hiciera algo a los nuevos. 

—Mhm, espero y no haga ninguna estupidez.

—¿Jennie?—la rubia asintió a su pregunta—ya veo, ¿te gusta?, es una chica muy linda. 

El rostro de Rose se volvió rojo de vergüenza. No podía creer las locuras que decía su amiga.

—No por ser lesbiana me tiene que gustar cada chica que veo—le reprendió la rubia algo molesta. Sí, le gustaban las chicas, había tenido una pequeña relación con una hace unos meses atrás, pero terminaron ya que Rose no salía del closet, bueno, aún sigue en el. Solo lo sabe su mejor amiga Sana.

—Pero te estás preocupando por ella.

—Me preocupa porque es mi vecina y mi hermano gusta de ella, ¿te imaginas si sale herida?—Sana negó frunciendo el ceño—el idiota se meterá en problemas con la "bestia" y no quiero eso.

—Mmh, tienes razón—asintió, mirando atrás disimuladamente, viendo como Lisa miraba hacía la ventana sin prestarle mucha atención a Jennie.  La campana hizo sobresaltar a todos en el salón, a excepción del par que se sentaban en una esquina.

—Odio a esa maldita campana—dijo Sana furiosa. 

—Bueno muchachos, para la siguiente semana quiero un resumen de esta obra y que lo vuelvan a releer porque haré muchas preguntas y al quien no responde los echaré de mi clase—decía la mujer con voz autoritaria mientras todos se quejaban—será en grupo de dos—añadió mientras veía a cada uno de sus alumnos levantarse de su asiento y marcharse del salón.

Jennie | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora