26. Lisa

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Los orbes marrones admiraron el cielo ya obscuro, adornado por estrellas infinitas y una hermosa luna en todo su esplendor. Aquella imagen era tan linda que, con suaves toques en el brazo de su compañera, la hizo admirar lo que ella hacía.

—Es muy precioso—halaga Rose con una pequeña sonrisa.

Las dos chicas fueron las últimas en quedarse. Felix fue el primero en marcharse, luego Lisa, que con cierta tristeza las dejó ir solas a casa.

—Sí—afirmó con una sonrisa mientras que un leve viento chocaba contra sus cuerpos, moviendo el largo cabello castaño hacía atrás.

La rubia trató de evitar mirarla, pero fue imposible si la tenía a solo una pequeña distancia. Jennie era muy hermosa para ser ignorada. Y cuando ella la pilló en el acto, agachó su mirada, avergonzada, negando con la cabeza poco después ya que no debería estar pensando en eso, pues si quería una buena relación con Jisoo tendría que olvidar a Jennie ya.

—Y-y, ¿Qué pasa con Lisa?—pregunta, tratando de romper el incómodo silencio.

—Lisa—pronuncia en un susurro la prototipo, recordando lo sucedido anteriormente—ella es mi novia—sonríe sin darse cuenta de ello.

—Ya era hora—le dice, rascando su nuca nerviosa al tener toda la atención de la morena.

Después de esa pequeña conversación, comentarios triviales se hicieron presentes hasta llegar a sus respectivas casas, donde al poner un solo pie adentro ya fueron invadidas por tantas preguntas.

—¡¿Qué hiciste qué?!—exclama su hermana sorprendida mientras la seguía hasta la oficina lejana de Jihyo.

—Llevé a Changbin al hospital—repite sin desgano y tampoco emoción.

—¡Pero en tus brazos!—reprende la menor con el ceño fruncido—será mejor que ese dato no le comentes a mi madre.

—¿Por qué?—pregunta confundida.

—No es normal que una chica vaya por ahí alzando a chicos que tienen mucha masa muscular—niega con la cabeza—y por cierto, ¿por qué no fuiste a por mí? te estaba esperando como una idiota.

—Lo siento, por una extraña razón el sistema escondió el horario—le explica con un parpadeo—olvidandome por completo de ti, hasta de Lisa y Rose.

Somi suspira y le da unas palmaditas en la espalda antes de dejarla frente a la puerta de metal e irse sin decir alguna palabra. Jennie ladea la cabeza por su actitud, entendiendo después el motivo de aquello, pues la científica la estaba esperando al final de las escaleras.

—Baja, tenemos que hablar—Jihyo ordena con mucha seriedad y la prototipo obedece a su dueña.

—¿Estoy en problemas?—pregunta cuando ya estaba frente a la mujer, dando un vistazo hacía las computadoras donde se visualizaba su núcleo y el interior de ello.

—¿Hiciste algo malo?

—No.

—Entonces no lo estás—se encoge de hombros mientras se dirige hacía una silla giratoria, donde se sentó para observar mejor a su creación—¿por qué tomaste una ruta diferente?

—No lo sé, pasó algo y olvidé a Somi.

La mayor frunce el ceño ante la respuesta. ¿Estará sufriendo fallos nuevamente? Se preguntaba mientras negaba con la cabeza. Era de esperarse que un experimento tan complicado tuviera tantos errores.

—Dime lo ocurrido después de terminar tus clases—ordena. Quería encontrar un motivo para su comportamiento y, quizás así, saber si fue obra de los que querían destruirla.

Jennie | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora