15. ¿Cita?

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-Toma-le ofreció la lata de soda a la pelinegra que estaba situada en el camarote, específicamente en el colchón de arriba. Sus piernas colgaban y su mirada estaba pérdida, un tanto preocupante para los ojos de Jisoo.

Lisa era una chica ruda, fuerte y que en ningún momento mostró signos de perder el control, quebrarse y llorar como hace un momento.

La surcoreana la miró por unos segundos más y luego decidió sentarse a su lado. Quizás tenga que ver con las heridas en su rostro, pero cada vez que interrogaba a la pelinegra ella solo ignoraba.

-¿Me puedes dar una razón del porqué hiciste tremendo show ahí en los pasadizos?-se sacó sus lentes y lo dejó a un lado, suspirando y volviendo al perfil de su amiga-en los PA-SA-DI-ZOS, Lisa; ¿y si te veía una autoridad? Créeme que de eso no te salvas, casi matas a ese chico.

Ninguna palabra salió de sus labios y Jisoo frotó su rostro en signo de frustración.

-¿Al menos te vas a beber eso?-señaló la lata y rápidamente los ojos avellanas se situaron ahí. Tardó unos segundos, pero por fin hacía un movimiento y era solo para beber su soda favorita-genial, si es eso ahí sí te mueves-rodó los ojos-ah pero si te pregunto porqué carajo hiciste eso te quedas como una piedra, mi cita de anoche huyó por tu culpa.

-¿Cita?-Lisa soltó, bebiendo más. La surcoreana amplió sus ojos al darse cuenta que se estaba burlando de ella-tú nunca tienes cita.

-Pues lo tuve, con Yeri-se hizo la indignada mientras se volvía a colocar sus lentes. Al parecer la tailandesa estaba volviendo a la normalidad.

-¿Yeri?

-Sí, pero nunca más volverá-suspiró-la espantaste.

El ambiente se quedó en silencio otra vez. Lisa estaba avergonzada por lo que hizo pero extrañamente no se arrepentía, aquella pelea la hizo sentirse aliviada. Tantos problemas atacando su cabeza desaparecieron cuando dio el primer golpe en el rostro del chico; cosa que no hubiera pasado si Jennie estuviera ahí, así como en el salón de música hace unos días atrás.

-Perdón-susurró.

-Te perdono solo si me dices porqué hiciste eso, estabas como loca y siempre tienes una razón para que...

-Me comporte como una bestia-completó. Sus manos daban pequeños apretones a la lata, una manía de la tailandesa cuando se sentía incómoda o nerviosa, y eso Jisoo lo sabía muy bien, es por eso qué posó sus manos allí, deteniendo sus movimientos.

-Llámalo como tú quieras, pero...¿cuál es la razón?-se mordió el labio inferior esperando a que cambiara de tema, lo típico, aunque siempre era bueno intentar, quizás algún día por fin se digne a responder sus preguntas.

-Él me molestó, eso es todo-por una parte decía la verdad.

-¿Eso es todo?-preguntó con cierto sarcasmo, acariciando la mano pálida al sentir nuevamente unos pequeños movimientos. Aquella respuesta no se lo esperaba y tampoco se lo creía, pero algo era algo.

-Sí, ahora déjame en paz-bufó, separándose del contacto y echándose lo más alejada posible.

La surcoreana solo rodó los ojos, bajando y situándose en una silla giratoria al frente del computador de Suga, quizás así pueda matar el tiempo.

-Oye, Chu-una avergonzada pelinegra se asomaba a la orilla del colchón.

-Dimeee-alargó perezosa al final mientras movía su dedo índice por el trackpad. Su mejilla izquierda reposaba en su mano y su vista no se despegaba de la pantalla.

-¿Qué hiciste en tu cita?

Esa pregunta sacó una sonrisa a Jisoo, ocasionando que se detuviera para prestarle más atención a Lisa.

Jennie | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora