10. Sintomas de Amor

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—No puedo seguir—se quejó Lisa, reposando su rostro en la carpeta, cerrando sus ojos y dando un gran suspiro.

—Tú puedes, yo estoy por terminar el ejercicio—intentó animarla la morena pero sin éxito alguno.

Aún seguían en el área de Matemáticas y la maestra Yoona, después de explicar muy bien el tema nuevo, les dio algunos ejercicios para que resuelvan ellos mismos. Y claro, no podía faltar la típica amenaza de dejarles más tarea si no lo acababan para cuando su clase termine.

—No es eso—abrió sus ojos viendo a Jennie concentrada en su cuaderno, el lápiz situado en la mano morena se movía en la hoja, resolviendo el problema sin complicaciones—yo puedo hacerlo, lo que me jode es el nuevo—cerró nuevamente sus ojos—desde que entró por esa puerta no deja de mirar aquí, me incómoda muchísimo—gruñó—no me puedo concentrar, y si no me puedo concentrar, no puedo seguir—suspiró—le voy a patear el trasero, o quizás meterlo al bote de basura cuando termine la clase.

El prototipo frunció el ceño colocando la respuesta del último ejercicio matemático en su cuaderno. Dejó su lápiz y miró a Lisa que ahora se encontraba sacando hábilmente sus audífonos de su mochila azul.

—No le hagas daño—la retó—él no sabe que eso te incómoda, es nuevo—negó con la cabeza mientras le quitaba los audífonos a la pelinegra para que le prestara atención, quien después de ese sorpresivo acto le dio su peor mirada, dispuesta a atacar, pero la morena no se inmutó—escuchame, Gatita—la pelinegra al darse cuenta del apodo dejó de ser intimidante y, con sus ahora mejillas sonrojadas, bajó la mirada.

—Bien, te escucho—susurró, casi en un gruñido.

—No tienes que ir por ahí atacando a cualquier persona que te incómoda—reprendió—solo con decirles que eso no te gusta, ellos lo dejarán de hacer.

La pelinegra rodó los ojos aún mirando al suelo. "¿Acaso no tiene idea de como son las personas?" pensó tragando saliva.

—¿Gatita?—llamó la morena al no ver ninguna reacción de la chica. Así que, sin pensarlo dos veces, le agarró el mentón para obligarla conectar su mirada con la suya. Entonces ahí estaba, esa expresión triste nuevamente. Un fuerte cosquilleo inundó su cabeza, haciéndola parpadear repetidas veces—yo, no entiendo—y era la verdad, Jennie no entendía como su conducta cambió drásticamente.

Lisa se soltó del agarré y tragó saliva, apretando su mandíbula. "No llores, idiota, eres fuerte, no debes romperte frente a ella" se reprendía en su mente.

—Deja, yo—se aclaró la garganta—yo lo haré, lo intentaré—la miró y pudo ver el semblante de la castaña, en realidad no expresaba nada, sus labios formaban una línea recta mientras que sus ojos marrones no salían de ella—le diré que me incómoda—susurró sin quitar la vista del rostro moreno.

Unas cuantas carpetas más adelante estaba Kai expectante a la escena de las dos chicas. En aquel sitio no podía visualizar el rostro de Jennie, por consecuencia tampoco sus expresiones, pero al ver las de aquella chica de piel pálida sabía que estaban en una discusión.

•••

—Te dije que podías copiar mi tarea—se encogió de hombros la morena mientras caminaba junto a la tailandesa por los pasillos hacía la cafetería.

—Pero yo quiero hacerlo por cuenta propia, Jennie—le dijo por segunda vez.

—Bueno, ya no importa, no podemos retroceder el tiempo, ahora tienes más tarea acumulada—le mencionó mirando sonriente a los chicos que la miraban lujuriosos.

—Maldición, tienes razón—habló empujando a cada persona que intervenía su camino.

Al llegar a su destino Jennie sonrió.

Jennie | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora