—¿Es necesario que lo haga yo?—preguntó el joven sin mirar al gran hombre de traje frente a él—unos de tus trabajadores fácilmente se pueden camuflar, yo no cre-—Lo harás, tú eres el indicado para eso—interrumpió, su voz era gruesa y autoritaria, el chico tembló y asintió sin dejar de ver el suelo—y escuchame bien, Kai—el hombre le agarró las mejillas y obligó a que mirara sus intimidantes ojos—debes vigilarla muy bien, no deben llevarla, Jennie me pertenece, ese experimento no debe salirse de mis manos.
—Sí, padre.
•••
El ambiente era tranquilo. Después de la pequeña conversación que tuvieron las dos chicas, Lisa le ofreció un auricular para que escuchara música hasta que la campana suene. Jennie se encontraba recostada en el hombro de la tailandesa, escuchando aquellas melodías que la hacían sentirse bien.
Era extraño para Lisa, nunca había recibido ese afecto, y si lo recibía se ponía nerviosa e incómoda por lo cual ella siempre evitaba, pero ahora se sentía diferente. El cuerpo pequeño de Jennie le transmitía calor y las caricias en su mano la calmaba de alguna manera.
—¿Cuál es tu segunda clase?—la pelinegra preguntó, suspirando al sentir la mirada chocolate en ella.
—Matemática—habló muy cerca del cuello de la chica herida, ocasionando que su respiración choque en la piel pálida. Su cuerpo no tardó en responder a ese pequeño acto, y rápidamente un cosquilleo en su vientre la hizo removerse en su sitio.
—Vamos a compartir clases—una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro sin darse cuenta—en un minuto sonará la campana.
—Eso es bueno—Jennie miró al suelo, sin detener las caricias en la mano de la pelinegra-me gusta estar contigo.
—Eres la primera persona que me dice algo así.
—Que extraño, eres increíble—halagó, saliendo de su hombro para mirarla bien, notando como sus mejillas se tornaron de un color rosa. Jennie no dejó de verla, y Lisa se mordió su labio inferior por aquella mirada intensa—eres muy hermosa, sabes tocar el piano y—hizo una pequeña pausa—y...me protegiste.
Sus miradas se conectaron y las dos sintieron cosas muy diferentes. Lisa tuvo el típico cosquilleo en su vientre mientras que su corazón latía muy fuerte al mirar aquellos orbes marrones, y Jennie, bueno, ella sintió un gran cosquilleo en todo su circuito, sobretodo en la bola de sentimientos, su núcleo. Eran muy diferentes pero algo las unía, quizás la atracción, o el amor que difícilmente las dos podrían identificar ya que nunca experimentaron con aquel sentimiento.
El gran sonido de la campana hizo sobresaltar a Lisa, a excepción de Jennie que solo se quedó en su lugar sin dejar de ver a la bella pelinegra.
—Ya es hora de irnos—dijo con la voz temblorosa, levantándose del mueble. La morena hizo una mueca al ver nuevamente el moratón, así que se levantó y acarició, con su dedo índice, la herida. Lisa, esta vez, no cerró los ojos y miró como la chica se preocupaba a un más—ya, deja, eso se cura solo, como las demás.
Jennie quitó su mano y conectó la mirada con la pelinegra rápidamente.
—Como las demás—repitió con semblante serio—te hieren a menudo y tú solo te quedas callada, ¿ni siquiera haz ido a la enfermería de la preparatoria o algún hospital?
La joven más alta apretó la mandíbula al escuchar el tono de voz de la morena.
—Es mi cuerpo, Jennie—habló dura.
La castaña negó suspirando, sin quitar la vista de los ojos grises que tenía al frente.
"Lisa Manoban:
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Jennie | Jenlisa
FanficPrototipo J1K19 o mejor conocido como "Jennie". ESTO SOLO ES UNA ADAPTACIÓN, LA ESCRITORA ORIGINAL ES: @allysin-