El oscuro pasado de Dylan lo vive atormentado desde aquel horrible día. Después de haber presenciado algo tan macabro para un chico de 12 años. Lo volvió un chico frió, distante y con mucho odio hacia su padre.
¿Cómo seguir si ella ya no está?, ¿Es...
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«¡Arriésgate!»
No te quedes con las ganas de saber que pasaría, lánzate, vive, atrévete, que si de los éxitos se disfruta de los errores se aprende.
—Sergio de Sa.
-Capítulo Once-
Hojee los papeles sobre el escritorio, apoyado en el escritorio. Leí hasta las letras mas pequeñas para asegurarme que todo se encuentra sin alguna trampa en los papeles. Mi celular vibro segundos que pase a la siguiente hoja, lo ignore por completo. Mire por la puerta, que nadie ingresara. No pueden saber que yo leí esos documentos.
Llegue a la ultima hoja. Encontré mi objetivo, mientras leía las primeras palabras de la última hoja, me adelanté un poco, pero lo importante es que encontré el papel. Tome mi celular, lo deslice para poder tomar una foto con la cámara de mi celular.
Puse el papel en el escritorio y enfoque bien la cámara de mi celular para poder leer todo de manera bien, cuando me encuentre en un lugar mas seguro que esta oficina.
Increíble. Así que... ¿Sigues mintiendo? ¿Eh?
Guarde el papel dentro por debajo del escritorio. Cerré cuidadosamente y revisé el lugar antes de irme. Le di una ultima ojeada al cajón donde pude encontrar los papeles. Si alguien llega a saber que leí eso, me pueden matar, me pueden hacer lo mismo que a ella. No puedo permitir eso, esos papeles son importantes.
Siempre queda registro de las matanzas.
De todos esos papeleos, se encuentra el de ella.
Es la única evidencia que me queda. Necesito que se haga justicia por ella.
No confíes en cualquiera. Es lo primero que debemos saber cuando se trata de mi y de este lugar.
Abrí la puerta cuidadosamente y Sali sin poder encontrarme con los matones esos. Comencé a caminar por el pasillo y antes de cruzar por la entrada, pasé por donde ocurrió eso.
Apoye mi cabeza en la puerta de la entrada. El cuarto se encuentra con las luces encendidas. Se encuentra limpio y ordenando. En mi mente solo recuerdo, sangre, llantos, gritos.
Siempre me ha dado miedo escuchar gritos, lamentablemente, he escuchado eso desde que paso. Personas crueles, ¿Por qué tienen que existir?
Algún día podre hacer las paces con este cuarto.
—Mama, te extraño demasiado. —Hable. En un eco y silencio rotundo.
Seguía apoyado en la puerta de la entrada. Cruce mis brazos sobre mi pecho. Seguía mirando un lugar fijo del suelo.
Recordé los momentos en el que no teníamos una casa, pocas veces nos quedábamos en la casa de la amiga de mi madre, hasta que... ella conoció este hombre y nos explico que es "nuestro padre". Yo me conformaba, con tenerla a ella y a mi hermano. Sus cariños, su rica y única comida.