c҉Capítulo Quince

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"Te respondería que bien, pero me haces preocuparme, cerdo".

—Rachel Matzusawa.

-Capítulo Quince-

Agaché mi mirada y me mordí el labio.

Okey, —sé frío Dylan—. Sí llegó a tener acercamiento alguno con ella, su destino será la muerte y ella es tan amable y buena que no lo merece, ella es más estable que yo.

Elevé mi mirada y lo único que pude hacer es sonreírle, no quiero decir nada, a veces una mirada puede decirte más que unas palabras.

Ella tomo con ambas manos mi rostro y me hizo girarme para mirarla. Nos miramos fijamente, sus ojos son tan profundos e intensos. La seguí mirando.

Internamente, sonreí porque, ella me trata bien, ella me está tratando bien y eso me duele. Todavía recuerdo a la primera chica que me trató mal. Por eso me cuesta tanto hablar con chicas, no sé ni siquiera cómo empezar una conversación con una, me cuesta y suelo pensar bien lo que diré. Con Rachel es distinto, todo fluye, me siento cómodo con esta pelirroja, diría que es mi versión femenina, es tan divertida y tonta.

Me es más fácil hablar con hombres que con mujeres, siempre ha sido así. Me evito muchas inseguridades más, de las que tengo.

Aparte mis ojos de los de ella. Eleve mi mirada por detrás de Rachel a la entrada.

Mi padre.

Está ahí de pie.

Mirándome.

Una oleada terrible de miedo vino hacia mí.

Tragué saliva y volví a mirar a Rachel, ella noto algo detrás de ella. Se giró y volvió a mirarme, luego acercó su rostro y acercó sus labios a mi oído.

—No lo detestes Dylan... —Susurró—. Lo que te hizo ya está, te seguirá tratando así, tú eres el único que puede detener esto, las cosas que te hizo, ya quedaron atrás, no puedes volver al pasado, es más importante tu presente... —Ella dejo de susurrarme y me miró, al igual que yo a ella.

Quedé con la boca abierta muy internamente, me cuesta tanto reaccionar a este tipo de palabas hermosas, como las llamaba ella. Acerqué mi mano a mi boca, me mordí mi dedo índice y cerré mis ojos.

¿Noah que le habrá dicho?

Ella se puso de pie y en el momento que va camino hacia la entrada donde estaba de pie mi padre giro su rostro y me miro amablemente.

—Vuelvo enseguida. —Me aseguró.

Pude ver que Rachel no le sonrió a mi padre, pero mi padre sí. Cuando Rachel salió por esa entrada mi padre, dejo de sonreír y me miró con asco, como suele mirarme siempre y camino hacia mí.

—No te quiero cerca de mí. —Dije con autoridad y puse una mano para que no siguiera, el cerro la puerta con una sola mano ignorando lo que acabo de decir. Vi cómo se giró para seguramente dejar perrillo a la puerta.

Lo hizo.

No.

No.

No.

Detente.

No sigas caminando.

Él camino hacia mí, quedó a mi lado derecho y con una sola mano quito las sábanas blancas de mis piernas. Sentí frío y me obligó a ponerme de pie, debido a que tengo esos cables conectados en mis brazos, grite de dolor, él me tiro al suelo.

¡Tú! Romperás mi corazón ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora