"Lo que sea que estés buscando no va a llegar en la forma que lo esperas"
«Kafka en la horilla».
-Capítulo Siete-
-Necesito ir urgente al baño. -Murmure en voz baja a Noah. Nos encontramos en la sala. La mesa ya tenía una que otra ensalada, pero eso era todo.
Akane siempre comía con nosotros, por lo tanto, teníamos que esperar a que ella dejara todo limpio en la cocina para poder empezar a comer, ya nos habíamos acostumbrado. No nos sentamos de inmediato con Noah. Aunque mi estómago rugía de hambre, no comía nada hace dos días, me sentía con tanta presión que lo último que pensaba era en comer. Solo tome agua en aquellos dos días.
Mi hermano me miro enojado. Se notaba demasiado, cuando le molestaba algo. Suele morder sus labios logrando romper el cuerito.
Eso se encontraba haciendo en estos momentos.
Jamás lograre entender porque se hacía eso.
Tú haces cosas peores.
Desvió su mirada de la mía. Carraspee para recibir alguna respuesta. El volvió a mirarme vencido y aclaro su garganta. Se encontraba a mi lado derecho por donde es la entrada del gran salón.
-Ahora?, ¿Es en serio Dylan? -El observo nuestro alrededor negando. -Justo cuando llegan las visitas, me dejas solo.
Me reí ante su dramatismo.
-No son, "Visitas". -Finalice.
Me fulmino con la mirada.
Salí asustado de la sala. Quise curiosear un poco en cómo podían ser esas mujeres. Pero se encontraban dando la espalda mientras hablaban con mi tío y mi padre. El abuelo se había ido de viaje, llegaba el viernes y recién es martes.
Apresurado subí las escaleras y pasé al baño principal a la derecha.
Ya saliendo del baño arreglé un poco mi corbata y caminé para bajar los escalones. Ya llegando al último peldaño busque de lejos con la mirada a Noah, quería sentarme junto a él.
Entre en la sala y todas las miradas fueron puestas en mí. Me rasqué incomodo mi pelo y me senté al lado de mi tío, no tuve otra. Noah estaba del otro lado, a su lado se encontraba Akane.
-Romina, -Para variar, dijo mi padre con orgullo el nombre su "prometida". -Te presento a mi hijo mayor Dylan. -Expresó mi padre, señalándome de forma alegre a su prometida. Ella me miraba con asombro. Es algo delgada no podría decirlo con tanta seguridad ya que se encontraba sentada. Me da la impresión que tiene alrededor de 39 o 40 años. Mi padre era el centro en la mesa, ella se encontraba a su izquierda.
El cabello de aquella mujer es rojo intenso. Me recordó a la chica del parque y además esa noche que no puedo recordar. Sus ojos con doble párpado color cafés. Ella me sonrió, se formó hoyuelos en sus gruesos labios.
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¡Tú! Romperás mi corazón ®️
HororEl oscuro pasado de Dylan lo vive atormentado desde aquel horrible día. Después de haber presenciado algo tan macabro para un chico de 12 años. Lo volvió un chico frió, distante y con mucho odio hacia su padre. ¿Cómo seguir si ella ya no está?, ¿Es...