"Nunca he tenido una tristeza que una hora de lectura no haya conseguido disipar".
-Charles Louis Montesquieu.
-Capítulo 20-
Ya no lograba conciliar de buena manera el sueño, lo único que me traía de ello eran horribles pesadillas, como si las que no hubiese tenido aquellos años, no hubiesen sido suficientes. Me cubrí un tanto mi cuello con la mantita que me había traído mi madre hace unas horas atrás. Yo me encontraba acostada junto a Dylan, no quería ni podía despegarme de él.
El doctor vino en la madrugada y luego alrededor de las ocho y media de la mañana para revisar sus signos vitales y ir revisando las graves heridas que tiene Dylan en su abdomen. También había sido trasladado al penúltimo piso, por mas seguridad después de lo ocurrido. Lamentablemente los golpes que le dio mi padrastro a Dylan le llegaron cerca de una herida que el ya tenia cerca de sus costillas lo cual solo empeoro ya que aquella herida volvió a ser abierta. Dentro de todo aquello le hacia constantes preguntas al doctor para saber cuando Dylan pudiese volver ya a despertar y sus respuestas eran las mismas de siempre: solo sucederá, y tenemos que estar al pendiente siempre. Una enfermera venia tres veces al día, revisaba y iba cambiando las vendas que tenia Dylan alrededor de su abdomen. La maquina respiratoria que tenia Dylan consigo no me dejaba de consumir mi poca ansiedad, solo le pedía a la vida que ya despierte.
Después de haber presenciado esa pelea entre su familia solo hizo darme cuenta del porqué Dylan se mostraba tan indiferente, y sobre todo como si nada le afectara y como si nadie le pudiese llegar a importar. Qué cruel es el mundo, y siempre lo será si nosotros no hacemos nada por mejorarlo.
Quite la manta de mi y saque el celular de mi bolsillo, no dejaba de sonar y ya podía imaginar quien era.
Mi madre, no dejaba de llamar y traerme cosas. Nos repartimos un tanto de estar unos días ella y luego yo con Dylan. Sin olvidar también que ella tampoco no se despegaba de su esposo. El abuelo de ellos nos dijo que en estos momentos lo que mas se necesitaba era apoyo y más por la preocupación que había por Noah, sigue sin aparecer y apenas va solo un día.
Le conteste a mi madre y comencé a ponerme de pie poco a poco, sentí un leve mareo pero lo deje pasar.
-¡Ma! dime como va todo por haya...
-Llegue a casa hace poco y llevo ropa de cambio para ambas, ¿necesitas algo más? -Pregunto desde la otra línea. Yo pase una mecha de mi cabello hacia atrás y pensé si necesitaba algo mas. Volví mi vista a Dylan, nada, y nada.
Llevaba conmigo unos vaqueros color café y mis zapatillas Adidas, y una pollera de anime para ser exactos: Obito junto a Rin. Mis aretes de cruz y eso sencillamente. Hacia un frio pero lo disfrutaba.
-Solo eso ma... -inquirí nerviosa-. mi periodo aun no llega entonces no necesito toallitas higiénicas.
-¿Cómo es eso Rachel?-casi me llego a gritar, al parecer aquello no le agrado-. ¿tienes un retraso?
Yo sin embargo no le quise dar mucha importancia y tranquilamente deje soltar una risa.
-Soy irregular, por si no lo recuerdas. -Y colgué.
No iba a perder el tiempo en esa estupidez yo no estaba embarazada.
Deje de mirar a Dylan y di unos pasos hacia adelante para poder llegar a la ventana y checar que tal el día, se encontraba lloviendo. Las gotas caían lentamente por el vidrio y comencé a recordar mi vida hacia años atrás, ¿Quién lo diría? en un pestañeo, todo cambio, incluso, yo misma. Seguía observando detenidamente las gotas caer, como los autos pasaban. Nos encontrábamos en el penúltimo piso por lo que todo se veía con más claridad.
Algunas palabras seguían presentes de ella conmigo. Es muy obvio que te supere pero... ¿olvidarte? no, siempre te llevo en mi corazón, fuiste la primera chica que me enamoro con todas sus letras, pero fue triste que todo terminase así... ¿estarás bien?, ¿me recuerdas? ¿piensas en mi cuando comienzan a caer las gotas de lluvia?
Si piensas en mi, piensa en los mejores momentos... los malos momentos ya en estos momentos me sirven de experiencia y me ayudan a mejorar cuando se trata del amor, aunque, después de ti, no le volví a entregar mi corazón a nadie más. Hasta que apareció aquel chico, con su choque tan brusco y casual, con esa sonrisa tan hermosa ¡Dios!, con esas miradas que en el fondo eran tan apagadas... ¿será?
Volver a pensar en ti, después de casi siete años me hace volver a pensar ese horrible miedo que tuve en esa época cuando decidí seguir adelante... sigo pensando ¿Tú estas bien? no olvidare aquella promesa de parte de ambas... si nuestro destino fue simplemente ser el primer amor de ambas pero no terminar juntas, alegremos a los demás, motivémosle a seguir, riamos tanto, y sobre todo, cada que caiga una gota de lluvia, tu pensaras en mi, como yo pensare en ti... será por el simple hecho que serán las lagrimas que no quiero darte al darme cuenta que fue así, y no nos quedamos juntas. Mis ojos comenzaron a cristalizarse, pero rápidamente los limpie. No volveré a recaer en esa tristeza, ya la sane y me costo. «Espero estés bien y siendo muy feliz».
Deje de mirar por la ventana y me di la vuelta. Al ver quien se encontraba junto a Dylan me sobresalté del susto.
Su hermano, se encontraba junto a él. Lo tenia tomado de las manos.
-Me afecta tanto ver a mi hermano de esta manera. -dijo en voz baja. Yo me acerque hasta la camilla y lo mire cuidadosamente.
-Es fuerte, -Murmure tomando la mano derecha de Dylan-. muy fuerte -afirme y saque mi manta de aquella camilla.
Adler dejo de mirar a su hermano y esta vez sus ojos se encontraban observándome a mi.
Es idéntico a Dylan, es como si lo estuviese viendo a él mismo. Mismo color de pelo, mismo color de ojos, su voz tan similar a la de él... solo que la voz de Dylan es más grave que la de Adler. Analiza cada parte de mi rostro. Su semblante era serio, como si intentase encontrar algo más en mi.
¿Un tercer ojo? , no creo...
-Podrías dejarme a solas con mi hermano, por favor. -Me pidió en un tono amable. Yo me encogí de hombros, no quería dejar a Dylan pero entendía. Asentí dándole una sonrisa de labios cerrados y salí de aquella habitación.
Me dirigí al elevador y una vez llegando ahí la puerta automáticamente se abrió, dentro de ella salían Akane y Acoidan ambos serios sin mirarse el uno al otro. Acoidan se dio cuenta de mi presencia y me saludo dándome una pequeña sonrisa de labios cerrados, akane hizo lo mismo solo que ella me saludo con menos ganas, su rostro parecía detestarme pero no le di importancia.
No me conocía tanto como para darme esas miradas y si me las daba por un hombre, menos le daría importancia.
Una vez llegando al primer piso, salí del elevador y justo me encontré con mi madre. Ella me dio un cálido abrazo y lo recibí alegremente. A su espalda le seguía el abuelo, ya me había encariñado con decirle así, se encontraba hablando por celular y no dejaba de moverse de un lado al otro.
Fruncí el ceño y quité a mi madre cuidadosamente de mi. Ella se dio cuenta y aclaro su garganta.
-Los hombres de Ethan se enteraron de lo que Adler le hizo, -La mire seriamente y ella a mi, su cabello se encontraba un tanto desordenado-. Quieren matarlo.
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¡Tú! Romperás mi corazón ®️
HorrorEl oscuro pasado de Dylan lo vive atormentado desde aquel horrible día. Después de haber presenciado algo tan macabro para un chico de 12 años. Lo volvió un chico frió, distante y con mucho odio hacia su padre. ¿Cómo seguir si ella ya no está?, ¿Es...