Mi nueva razón eres tú [Seok Jin - BTS]

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Erin ya iba camino a casa, cuando recibe una llamada de Yoongi.

¿Por qué tuviste que llamarme en este momento? Siento que me harás llorar.

—¿hola?

—¡Erin! ¡Jun So despertó!

Esa fue la gota que rebalsó el vaso de Erin y finalmente rompió en llanto.

—¿en serio?

—¿q-qué sucede? ¿Por qué lloras?

—estoy feliz que Jun So al fin despertó -dijo entre sollozos-

—... ¿terminaste con él?

—Yoongi, siento que voy a morir, mi corazón duele mucho.

Lloró más. No le importaba que su chofer la viera, que Yoongi o alguien cerca de él la escuchara, o que después quedara con sus ojos inflamados, solo quería llorar y sacar lo que había estado guardando por más de dos meses.

—iré a tu casa -Yoongi colgó y Erin siguió llorando-

Debería estar feliz que Jun So al fin haya despertado, y lo estoy, pero saber que lo hizo el mismo día que terminé con Seok Jin, hace que mi corazón duela mucho.

»...«

[narra Ken]

Estaba viendo una película de comedia, cuando alguien tocó a mi puerta.

—¿quién podría ser a esta hora? -fui a la entrada y cuando abrí, me sorprendí mucho. Era Seok Jin, parecía haberse emborrachado, pues apestaba a alcohol y su cabello estaba hecho un desastre, al igual que su atuendo- oye, ¿por qué estás así? ¿Qué no te da miedo que te vean los paparazzis y armen otro escándalo?

—no, ya no tengo miedo. Ya perdí todo.

Entró y se quitó los zapatos. Noté sus ojos y estaban muy inflamados. ¿Acaso había llorado?

—oye, ¿no deberías estar con Erin en este momento por su aniversario?

—terminamos.

Su respuesta tan directa me provocó escalofríos —... ¿qué?

Seok Jin se dirigió a la sala y vio el piano.

—oh, ¿desde cuándo tocas el piano? -se fue a sentar frente a él y comenzó a tocar a lo loco-

—shhh~, despertarás a todo el país -me acerqué para detenerlo-

—hoy... cumplíamos un mes más de ser novios y yo... -sus ojos se cristalizaron- yo lo olvidé... debo ser un idiota.

—... -suspiré y me senté a su lado- la verdad que sí, pero tenías tus razones, supongo.

Negó —eso no era motivo -lo vi y seguía derramando lágrimas- le pedí matrimonio -me admiré por su comentario-

—debes estar loco en verdad. ¿Cómo pudiste pedirle matrimonio cuando ni siquiera le escribías?

—eso mismo me dijo ella. Si tan solo hubieras visto su mirada de decepción... -suspiró- fui un idiota al pensar que estaría para mí siempre... no la cuidé y por eso no puedo reclamarle nada. No puedo enojarme con ella porque el de la culpa soy yo. Yo la ignoré primero, yo la negué, la rechacé, la usé, ¡yo la_... yo la lastimé -me vio- ¿tengo derecho a enojarme?

—... no lo tienes.

—... me siento feliz por ella, se dio cuenta en el momento indicado en que no la merezco, aunque piense lo contrario -volvió su vista al piano- Me dolió verla partir, pero me alivió saber que lo hacía porque se valoraba... ahí me di cuenta que perdí algo muy valioso. Aún recuerdo tus palabras, "para amar a alguien más, primero debes amarte a ti mismo".