—Veo que la cachorra ya entro en confianza con mi... Hermanito —comenta Nico, una vez que ya han tomado asiento, y aunque a dicho la palabra «hermano» antes, es una sensación nueva para el saber que llevan la misma sangre.
Aunque nuestros genes se inclinaron para lados diferentes.
—Finn a sido quien la a cuidado, alimentado y jugado con ella los últimos días. A él siempre le han gustado mucho los animales y no tardó en encariñarse con Ember. La llegada de ambos lo a emocionado más de lo que te imaginas —le informa con una sonrisa su madre.
—Es bueno saberlo —responde con sincero alivio—. Finn se ve algo... Reservado —señala, más como si pensara en voz alta.
—Si... Un poco —admite la mujer, sin borrar su sonrisa, aunque su tono adquiere un tilde nervioso—. Pero sólo necesita agarrar confianza, ya verás que es un gran chico.
—Espero no causarle una mala impresión. La verdad no soy muy bueno tratando con gente nueva —se sincera el menor, jugando con sus dedos al golear cada tanto su pierna.
—No te preocupes cariño. Estoy segura que ambos se llevarán de maravilla muy pronto —le asegura ella, tomando sus manos pare darles un ligero apretón y transmitirle calma—. Todos estábamos ansiosos por tu regreso, incluyéndolo.
Le devuelve el agarre— Ojalá hubiera podido volver antes.
Dalia niega, procediendo a jalar de él con cuidado para así envolverlo nuevamente en otro abrazo, ahora más suave, resultando recorfortante para el albino.
—La única que debe disculparse aquí soy yo —lo corrige, sin soltarlo, y posando una mano entre sus cabello—. Soy tu madre y no cumplí con mi deber de cuidarte. Si lo hubiera hecho correctamente no tendrían que haber pasado por todo esto ninguno de los tres y hubieran crecido como era debido.
—Mamá, tú-
—No —lo corta, afianzando su agarre—. Dejame seguir por favor, lo necesito.
Ante su tono suplicante, al chico no le queda de otra más que morderse la lengua para no detenerla y limitarse a escuchar.
—La noche en que se los llevaron yo ya tenía mis sospechas, pero nada era claro —comienza Dalia, provocando que el recuerdo regresa a la mente de ambos—. Sabía que iba a ocurrir el ataque, sabía que Zirius iba a intentar llevarse a Demon, pero en ningún momento me imaginé que sería tan pronto o que se llevarían a Darcy y a ti también.
El muchacho logra escuchar con claridad gracia a su posición cómo su madre traga grueso para poder seguir. Le duele recordar, y más revivirlo, pero lleva tanto tiempo con aquello atorado en el pecho que si no lo saca ahora, seguirá sintiendo que se ahoga por el resto de su vida.
—Cuan-Cuando despertamos, ustedes tres ya no estaban... Fue entonces cuando Jade llegó y al vernos sólo a nosotros, entro en pánico y empezó a llamarlos desesperada, más ninguno respondió...
Nico parpadea justo en ese momento, y es ahí cuando se activa otro poder.
Está en el recuerdo.
Regresa al comedor donde se habían quedado aquella noche, pero ya a amanecido, y las cosas sólo han empeorado.
El pequeño Matteo se encuentra abrazando a su hermanita quien parece ida, mientras que Catalina intenta calmar a una Jade quien se niega a creer que se han llevado a sus hijos. Eso le afecta, ver a una madre negarse al hecho de que sus hijos han sido prácticamente secuestrados, pero lo que termina por aumentar el dolor en su pecho, es ver a su propia madre sentada aún en el suelo, mirando a la nada, mientras silenciosas lágrimas surcar sus pálidas mejillas.
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Natura: Et Animam Meam
RandomÉl no recuerda su pasado. Las personas a su alrededor parecen estar seguras de lo que pasó, pero Nico sigue dudoso de todo. No importa cuánto intente convencerse a sí mismo, cada vez que creé dejar el tema de su pasado en el lugar que debe, la noc...