02. La felicidad de Donghyuk

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Día 3.

-¿Ya terminaste de contar las ganancias de hoy? -Preguntó Donghyuk, saliendo de los vestidores, usando su propia ropa.

-Sí, hace unos minutos -Respondí, terminando de guardar todo en su lugar.

-Genial -Estiró los brazos por encima de su cabeza-. Hoy fue un día muy largo para mí. Demasiados clientes.

-Los cuales le obsequiaron abundantes propinas, encontradas ahora en sus abultados bolsillos -Me mofé. Desde hacía un tiempo había empezando a creer que él ganaba más con eso que con el sueldo en sí.

-Ajá, ¿y? -Rió-. Que me hayan dado propina no quita el hecho de que haya sido un día agotador.

-Buen punto -Asentí, dándole la razón-. Pero, de verdad, todavía no entiendo cómo hacés para ganar tanto en propinas.

-Es simple: yo sí soy amable con los clientes, no un robot sin otro sentimiento más que la indiferencia -Sonrió alegre, bromeando.

-Pero algunos son demasiado indecisos. Me exasperan -Tomé mi abrigo y me lo puse.

-A eso mismo me refiero. Con esa actitud, es normal que nadie quiera ni darte las gracias.

-Puede ser -Me quedé pensando detenidamente en eso.

-No te preocupes tanto por eso, tranquilo -Rió-. Si ya no queda nada más por hacer, cerremos, que ya quiero llegar a mi casa y dormir -Miró su celular y comenzó a escribir algo en él.

Donghyuk siempre fue un chico de gustos simples. Nunca se esforzó por destacar, solo por hacer lo justo y necesario.

-¿De verdad que planeás solo trabajar el resto de tu vida? ¿Estás seguro que no vas a estudiar en la universidad nunca?

-Segurísimo -Contestó sin levantar la vista de la pantalla-. No necesito tener un título para poder ganar suficiente como para vivir bien. Tengo experiencia, mucho tiempo libre ya que no estudio, y soy bueno en esto de las relaciones interpersonales, tratos con clientes y todo eso -Terminó de escribir en su celular y levantó la mirada hacia mí-. ¿Por qué la pregunta?

-No sé. Antes no me había planteado la forma en que estás viviendo, por eso -Dije, pensativo.

-¿Y eso qué quiere decir? -Frunció el ceño, riendo.

-Nada, nada. No te preocupes -Revisé que tuviera todas mis pertenencias en los bolsillos de mi abrigo-. En fin, ¿cerramos? -Me acomodé la cadenita que me había quedado ajustada después de abrigarme.

-Dale -Guardó su celular y cerramos todo.

Durante todo el camino a mi casa fui sin entender cómo alguien podría vivir con tan pocas preocupaciones y estar tan satisfecho con tan poco.

Recostado sobre mi cama, le mandé un mensaje a Hanbin preguntando si seguía despierto. Dejé mi celular a un lado, esperando respuesta. En menos de dos minutos, recibí una llamada.

-¿Sí? -Atendí.

-¿"Sí" qué? Vos me preguntaste si estaba despierto -Rió del otro lado de la llamada.

-Pero no te dije que me llamaras -Reí.

-Bueno, pero ya lo hice. ¿Qué pasa?

-Nada urgente -Rasqué mi tobillo con el pie de la otra pierna-. Solo que me quedé pensando en algo y quería tener tu punto de vista.

-Dudo de que no sea urgente, si no aguantaste a vernos mañana en matemática para contarme -Escuché unos ruidos que me dieron a entender que o se acostaba o cambiaba de posición-. Contame.

Loco B (Double B)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora