Proyecto C.R.E (ONU x FBI)

EL SUFRIMIENTO Y LA CAUSA

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Eran alrededor de las 3:00 am en aquellas tierras Alemanas, se podía sentir la tranquilidad en el ambiente, la ligera brisa recorría los campos que se pintaban de amarillo que avisaban del Otoño ya presente, los grillos entonaban su canto y los animales diurnos se encontraban descansando en sus refugios. Sí, todo era paz, sin embargo en la negrura de la noche se encontraba un ser atormentado de preocupaciones, su ansiedad lo devoraba cual niño que teme de los monstros bajo la cama, su respiración y mirada perdida contrastaban totalmente con sus pensamientos tormentosos, no estaba tranquilo, el que debía dormir cual ardilla en su tronco ahora parecía más bien una lechuza, ojos grandes e hinchados de sueño pero sin la capacidad de pegar los parpados. Alemania contemplaba el cuchillo que sostenía con su mano izquierda con la intención de que este le ayudase a tomar una decisión.

La primera y la segunda guerra mundial habían dejado secuelas significativas, no solo eso, lo que implicaba ser miembro de esa familia había sido una carga durante mucho tiempo, no sabía cuántas citas tubo que tener con un psiquiatra y con el psicólogo. Sin embargo lo había logrado, hacía tantos años que no se autolesionaba y ahora estaba ahí, temblando y con miedo de volverlo hacer, se sentía solo, y abandonado en esa enorme casa, sin nadie a quien acudir. Justamente como cuando todo el desastre inició... Aún recordaba aquel tiempo donde todas las mañanas y antes de poder verlo, su padre se debía de ir y lo peor de todo fue que uno de esos días él simplemente se fue y tardó en volver más de 20 años para ni siquiera poder regresar a su lado de inmediato, para ni siquiera nunca poder volver a esa, la que era antes su casa. ¿Cuánto tiempo tardaría en volver esta vez? ¡¡¿QUÉ PASABA SI ESTA VEZ NO VOLVÍA?!!

Decidido, sostuvo el cuchillo en su mano y lo puso en su muñeca aplicando algo de fuerza, sin embargo, antes de poder dañar de forma significativa su brazo se detuvo en seco mirando una pulsera de hilo en su mano derecha.

La autolesión NO era una solución, solo te hacia avanzar en una misma dirección hacia un callejón sin salida y él lo sabía. También estaba consciente de que no podía quedarse solo más tiempo, pero no sabía a quién pedir ayuda, estaba desesperado. Frustrado arrojó el cuchillo fuera de su alcance rogando porque se perdiera.

Alemania, sentado en el piso recargado en la pared buscó otra solución, por más torpe o imprudente que pareciese, marcó en su celular un contacto al azar, no estaría dispuesto a mirar a quien le pediría ayuda, pues lo más probable es que si miraba, también encontraría una excusa para no hacerlo.

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¡¡CHINGA TU MADRE!!

La grosería fue lanzada al aire cuando el país latino se dio cuenta que perdió ante la come palomas.

Las risas en la casa parecían hacerla reventar, el ambiente fiestero desbordaba del lugar y todos disfrutaban de aquello. Los latinos disfrutaban de reunirse de vez en cuando con el que los identificaba como sus hijos y esa era una de esas ocasiones. Portugal, España e Italia jugaban Monopoly junto con algunos países mientras que otros se entretenían con los videojuegos de su padre. Obviamente nunca podían reunirse todos pero era lindo programar esas visitas. Portugal y España se pusieron de acuerdo, hacía ya varios meses que vieron a los latinos, pero con aquella alarmante noticia que ONU dio en su última junta mundial, donde afirmaba que los países tercermundistas corrían peligro pues, España simplemente quería tenerlos cerca.