»Habrá cambios«

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-¿Se-señor ONU?

Si, ONU entró de malas al edificio de trabajo ordenándole a todos diferentes cosas, que llevaran los documentos, que trajeran los documentos, que le informaran de los planes de las próximas 3 semanas, que le llevaran café. Se veía enojado... o algo así.

-Necesito a Venezuela, México, Nicaragua, Guatemala, a República Dominicana y a Rusia hoy mismo en mi oficina, también quiero que le manden un mensaje a Corea del Norte.

-P-pero señor, no podemos hacer todo eso justo ahora, tenemos que organizarnos para la junta del martes. Además, usted sabe que Venezuela es difícil de traer y Corea del norte no está afiliado a esta organización.

ONU miró a la chica con fastidio. ¿Acaso él mantenía a flote ese lugar? Si hubiese estado en esa semana la junta hubiese estado lista desde días antes.

-Escucha mujer, eh dicho que necesito a esos países en mi oficina hoy mismo, así que, o lo haces tú, o consigues que alguien lo haga por ti porque si no tengo esas peticiones realizadas en máximo siete horas no sé qué te haré –Mencionó sonriendo en una obvia expresión de tratar de controlar su enojo y hablando entre dientes, la chica asustada por no haber visto a su jefe así antes, salió de la oficina corriendo, hablaría con quien tuviese que hablar.

ONU escuchó la puerta cerrarse, hizo una llamada antes de cualquier cosa

-¿Estás en USA? —Preguntó ONU

-Tú sabes que no

-Necesito tu ayuda....

-Claro. –El celular colgó.

Sacó su computadora y empezó a revisar los movimientos de algunos de sus funcionarios, trabajadores y líderes, le había permitido muchas cosas a los humanos, muchas cosas. Pero de ninguna manera dejaría colapsar lo que se supone debería sostener las esperanzas de paz del mundo, esos imbéciles a los que se les ocurrió quebrantar las normas y perturbar su estado de organización pacifica para beneficiarse iban a pagar, no sabían con quien se estaban metiendo.

En cuestión de horas, ONU vio arder a personas en cólera, en su mismo piso se llevaron a cabo un par de arrestos. ¿Creían que se quedaría sentado sin hacer nada? No. ¿Pruebas? Por supuesto que las tenía, tenía a Google y a Deb Web de su lado, no era tan difícil encontrar vestigios de cosas sospechosas y movimientos extraños de algunas personas, claro, ONU tubo que quebrar algunas normas para conseguir esas pruebas, él no era quien investigaba a las personas que entraban en su institución, eso lo hacían otros, pero todo esto era una reacción en cadena. Minutos, pasaron minutos, muchas personas fueron arrestadas bajo diferentes cargos, sacadas de sus casas, coches y oficinas. Obviamente esto solo era la punta del iceberg, los verdaderos marionetistas serían difíciles de rastrear, pero todo se comienza por algo.

En las noticias la gente se volvió loca por lo que estaba sucediendo, "Varios funcionarios públicos fueron arrestados" decían. Aún no había nada claro, pero si la gente era investigada, seguro que se encontraría algo, y si ese algo conectaba con las personas que supuestamente debían inspeccionarlos antes, entonces esas mismas personas saldrían del camino para cederle el paso a alguien mejor. Así sería, llamadas, gente corriendo por todos lados del importante edificio, celulares sonando una y otra vez. Prensa queriendo entrar, un caos que ONU veía con una sonrisa quizá sádica en el rostro, pero sin mostrar sus dientes. ¿Cuánto había pasado?

-Siente horas me parece. –Dijo mirando el reloj. ¿Pensaron a cazo que toleraría el abuso de otras personas a la gente que él debía mantener a salvo? Pues que equivocados estaban, en su último día de hospital no despegó el ojo de su celular, computadora y libreta, calculando cada movimiento para hacer un plan perfecto. Él no podía acabar con la corrupción, él no podía encontrar a los verdaderos orquestas de esta estupidez, pero podía desquitarse con la escoria que los seguía. ¿Verdad? Después de todo, cuando cometes un crimen y ameritas cárcel, estás renunciando a tus derechos. ¿Y saben qué? Él ya tenía mucha furia acumulada.

Proyecto C.R.E (ONU x FBI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora