Capitulo 3

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Eris.

Suena la Alarma.

- Apaga esa cosa, quiero dormir- habla somnoliento tapándose con una almohada.

Porqué carajos no se fue a su habitación sabe cuánto me molesta que cuando me despierto, no me gusta verlo dormir conmigo. A la próxima que vuelva a hacer esto le voy a contar su verga.

Apago la alarma y me levanto con pereza para irme al baño, me desnudo y entro a la ducha, giro el grifo y toda el agua helada me golpea la cara, quitando todo rastro de sueño de mi cuerpo, me paso el jabón por todo el cuerpo, sobando lo cada parte , cada rincón de mi cuerpo mientras escucho le agua salpicar en el piso termino de enjabonarme y dejo que le agua quite el exceso de jabón, masajeo mi cuerpo a medida que el agua cae en el.

Cierro el grifo, envuelvo la toalla en mi cuerpo y me lavo los dientes. Termino y salgo del baño hacia mi armario.

Porque no puedo andar desnuda por la calle, no entiendo la razón de usar ropa.

Malditos religiosos pudorosos.

Saco un conjunto rojo, me los pongo y me coloco encima unos fordan jeans con un crop top blanco. Saco unos tacos Dior y me acerco al espejo, me pasó el peine y me pongo un poco de perfume.

Mientras me pongo brillo en los labios, miro atraves del espejo mi cama y Allen sigue durmiendo.

Cierro el labial.

Camino hacia las ventanas de la habitación y abro las cortinas, la luz le da en la cara y el maldito se tapa con las sábanas. Me va a reventar una vena si sigue haciendo eso, me acerco a la cama y jaló las sábanas, sus manos buscan con que taparse, al no encontrar lo que busca agarra la otra almohada y se tapa la cara con esta, lo empiezo a mover con fuerza y nada.

-¡Allen Despierta!- le gritó.

Ni se inmuta, todavía me da la espalda para no escucharme.

Sordo de mierda.

Me encamino a mi mesa de noche y de un cajon, saco una fusta, la agarro fuertemente y ahora solo pienso en marcar su cuerpo por la ira qué siento.

Una... Dos... Tres, lo azote seis veces y ni asi se levanta.

Vete a la mierda Allen.

Ya vera él a qué hora se levanta, no estoy de humor para jugar a la madre.

Camino hacia la puerta y salgo de la habitación. Cuando estoy apunto de bajar las escaleras, recuerdo a dónde debo ir primero.

Me dirijo a la habitación de Lorian a pasos lentos, se me sale un bostezó, todavía tengo sueño, llegó al cuarto y toco 2 veces. La puerta se abre y veo a una Lorian arreglada y con mucha energía.

-Buenos días Eris, necesitas algo -me saluda cortesmente y yo entro al cuarto sin decir nada.

Entro y me voy a sentar a su escritorio que tiene al lado de su cama, cojo el libro que está en la mesa y leo la portada.

La Ilíada.

La escucho suspirar y cierra la puerta, se dirige a su cómoda y  agarrar su peine, empieza a cepillar su cabello, mientras se ve en el espejo tarareando una canción de Ha*Ash.

Siempre me llamo la atención ella, la veía tan concentrada en sus estudios, no interactuaba con otros niños y estos se acercaban todavía a rogarle que jugará con ellos pero siempre los rechazaba, mi mente la visualiza como a una hermana menor como la que nunca tuve, la cual debo cuidar y proteger de todo lo peligroso que hay en este mundo, mientras mi lado animal me dice que debo cazarla que es una presa y debo comerla, que si llegan a tocar un solo pelo a Lorian los mataré de la forma más cruel y grotesca que exista solo en eso mis dos lados están de acuerdo.

Muro De AvariciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora