Capitúlo 7

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Eris.

Santa Mónica.

- ¡Quítense que estorban el camino!- hablan nuestras espaldas.

Rose.

Viene con un traje de baño rojo, al menos en algo me hizo caso y es en usar ropa de color rojo ese color le sienta de maravilla en su piel, se ve sexy siempre lo fue pero ahora lo es más y más con esos tatuajes.

Esa era mi chica.

Sé que en algún lado encontrará a alguien mejor, yo no puedo ser esa persona, no cuando tengo muchos secretos encima mío y menos cuando uno de ellos depende de su lealtad hacia mí.

Debo medir mejor mis palabras porque si no un día de estos terminaré soltando todo y no podré detener lo que vendrá más adelante.

Presiento que algo malo va a pasar de todo esto, está misión me resulta demasiado sospechosa y que Alexander tenga contacto con la Zorra esa, que estén preguntando por nosotros cuando nadie en este mundo nos conoce.

Porque las cosas no cuadran, maldita sea, me estresa no entender las cosas.

Suspiró cansada y negando con mi cabeza.

Caminamos hasta donde eran los demás, pasamos al rededor de unos cuantos minutos más, hasta que ellos ya se aburren del mar y la arena.

Los chicos empiezan a recoger sus cosas, sus toallas y el horrendo polo de Allen, estamos ya listo para irnos y saber que tiene la manzana, cuando escucho la voz del pequeño demonio.

- Mami porque me gritas si perra es bonita- dice sollozando.

Carajo.

Escucho la voz de una señora y los sollozos de la niña, acercándose más a donde nos encontramos, podría enfrentarme a la señora sin problema, pero esta fachada de huésped, no me dejara hacer lo que quiera, así que pienso rápido que puedo hacer, veo el polo que tiene Allen en sus manos, unas bermudas perdidas con un diseño de algún surfer, unas sandalias de una señora y un gorro negro.

Le quite el polo y me lo pongo encima, me subo la falda y agarro las bermudas, me lo pongo y no se nota la falda, me quitó rápido los botines y lo guardo en el bolso de Lorian, uso las sandalias, tomo la gorra, me hago un moño y escondo mi cabello con la gorra.

- ¿Dime quien te enseño esa palabra?- pregunta molesta.

- Una señorita muy perr- no termina la palabra por qué su madre le fulmina con la mirada- muy hermosa.

- ¿Viste por dónde se fue?

- No - juega con el borde de su vestido floreado.

- Al menos recuerdas como se veía.

- Si- asiente rápido.

Maldita demonio porque no eres como los otros estúpidos niños que no recuerdan nada.

- Ya, entonces dime cómo se veía.

- Tenía el cabello rubio, un pollito corto amarrado en medio de su barriga.

Abdomen mocosa estúpida.

- También llevaba una falda larga así como la tía Valeria usa-mira a su madre y esta asiente levemente- unos botines cafés, un sombrero de paja y unos lentes así negros grandes.

Le muestran que grandes eran con sus manos.

Las escucho más cerca y el sombrero de paja le pongo a un señor que está dormido.

Caminamos hacia él hotel tranquilos, cuando la mocosa se le atraviesa en el camino a William.

- Señor- lo llama.

Muro De AvariciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora