Tiempo atrás
Nigeria/Kano.
Recuerdos y más recuerdos, no importa donde esté, los recuerdos son como golpes que me hacen detener todo lo que hago, no puedo moverme ni respirar. Solo me quedo inmóvil y mis ojos son los actores principales de la masacre que estoy presenciando y no soy participe de ello.
Cuerpos caen, sangre roja como negra manchan el piso y la pared, disparos por aquí y por allá, gritos de desesperación, alimentan el hambre de los que están matando a diestra y siniestra, como si fuera el mejor juego y el que asesine más gana.
No sé a dónde ir, tengo miedo, no se que pensar y estás imágenes que pasan por mi mente no me dejan reaccionar, me van a matar y moriré de la forma más torpe posible, no puedo acabar así debo dar pelea.
Reacciona.
Intento mover mi mano, la siento pesada, saco fuerzas y me sigo diciendo que no moriré así, no moriré como papá y mamá, voy a luchar para sobrevivir.
Tu puedes, vuelvo a hacer fuerza y esta vez lo logró, logró mover mi mano y ahí mi cuerpo vuelve a la normalidad, se relaja y busco con la mirada un arma, diviso una que está al otro lado del sillón pero si salgo seré blanco fácil, busco otra arma y en eso cae un cuerpo al lado mío, un señor con barba y lentes es el que cayó, en su mano tiene una pistola.
No lo pienso dos veces y la agarró, tomo el cuerpo del señor y con la fuerza que tengo lo uso de escudó, retroceso un poco y busco algún lugar donde pueda disparar sin ser herida, veo unas columnas grandes cerca a las escaleras y como puedo corro tras de ellas, escucho disparos y uno pasa por el hombro del muerto, apresuró el paso y llego.
Me alistó para disparar, cuando todos me bombardean con disparos rápidos y letales, una bala traspasa el cadáver y me da en el costado de mi abdomen, el arma se cae y ya no puedo sostener el cuerpo que este cae encima mío y golpea la herida.
Escucho el eco que hacen los pasos de tacones al acercarse, forcejeo para sacar de encima el cuerpo, me libero y me arrastro como puedo hasta el arma, escucho sus pasos más cerca y estoy temblando, ¡quiero llorar!, ¡Ni siquiera pude dispararle a alguien! ¡Tan inútil soy! Mamá tenía razón moriré por no saber usar un arma, por ignorar sus preocupaciones, voy a Morir.
Me sigo arrastrando y cuando tomo el arma, me doy vuelta y pongo mi mano en mi abdomen haciendo presión para que no duele más la herida, le quitó el seguro al arma y cuando voy a apuntar, siento una patada en la mano que hace que el arma salga volando y que ahora este a los pies de uno de los que mataron a mi familia.
Fijo mi mirada a quien lo hizo y no aguanto y me orino encima, está llena de sangre, su ropa está manchada de sangre, sus manos, pecho y rostro. Su mirada está oscura, sin vida, si emociones, me mira como si fuera una asquerosa cucaracha, sus labios rosados están teñidos ahora de sangre, pero la veo y no puedo creer que ella haya matado a tantos, porque alguien tan hermosa, mataría a personas inocentes.
Ahora entiendo cuando dicen que no importa si una persona tiene cara bonita, si no conocemos sus intenciones y sus verdaderas acciones.
Abuela tenías razón.
— ¿Cómo te llamas?— me pregunta la mujer.
Su voz, es calida y suave, siento que estoy en el cielo.
— Soy Marina— hablo en un hilo.
Se acerca un poco y levanta su pie, ¿Querrá que lo bese?, se acerca más y presiona mi mano donde está situada la herida, sacándome un grito de dolor puro, se detiene y respiro un poco cuando vuelve a presionar con más fuerza, aplastando mis dedos.
— ¡Detente por favor!— le suplico.
Quita su pie de mi y vuelve a su posición de antes.
Me duelen los dedos y la dónde está la herida, empieza a palpitar, se me corta la respiración y siento que me voy a desmayar, cuando me patean la boca del estómago, quitándome el poco de aire que me queda.
Me jalan el cabello con fuerza, sacándome algunos mechones, me levanta el rostro y la tengo frente a mí a un centímetro de mi rostro, cuando me sonríe y se mueve a mi oreja y susurra.
— ¿Tienes miedo?
Asiento con la cabeza mientras mis lágrimas no paran de salir, lo único que escucho es su risa. Coloca su mano en mi mentón y lo último que veo es el cuerpo de mi mamá siendo colgado en un perchero de acero.
Escucho como carga su arma y solo me queda cerrar los ojos y maldecirlo, por haber confiado en el, dejar que entrara en mi familia, dejar que conociera cada rincón de mi casa. Quisiera volver el tiempo atrás, no haber cruzado palabras con este maldito infeliz, el la trajo, estoy totalmente segura. Todo esto es gracias a él.
—Uy que paso, te volviste una bebé? — habla con burla.Se que estoy en un charco de sangre y de mi propia orina también, doy asco lo se pero no le daré el gusto de que escuche mis súplicas.
— Querida, porque no hablas, no sería lindo que dijeras tus últimas palabras, como me dijiste a mi? — Se burla como si mis sentimientos esa vez no le hubieran llegado a su corazón.
— Últimas palabras? — pregunta la chica todavía aún sosteniendo el arma.
— No te lo dije, la estúpida pensó que moriría por Alex y escribo una carta para su querida familia.
Se ríe, Dios. Que preciosa risa.
— Bueno, que agradezca que soy yo y no el lunático ése, yo soy un poco más.... "Humana" se podría decir — lo dice con un tono de ironía.Humana?, esto es humano, estas personas inocentes, con disparos en todo su cuerpo, algunos con cortes profundos, las cabezas de otros encima de la chimenea. Esto es para ti humano?
— M....al....di.ta— suelto sin fuerzas.
— Oh! — se sorprende— Puede hablar.
— Eris mátala de una vez, los Söldner están acercándose y ya no quedan municiones —dice una chica de cabello rubio.
No dice nada y siento una por una cada bala me atraviesa, me voy desangrando más y más, la vista se me va oscureciendo y lo que alcanzo a ver son unos tacos rojos cada vez alejándose más.
Mami, morí.
100.
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Muro De Avaricia
Misteri / ThrillerUna Mujer bella no... esa palabra le queda corta a semejante mujer que no le teme a nada ni a la propia muerte, teniendo a grandes compañeros que darían la vida por ella pero siempre hay hombres que desean lo inalcanzable. Él obtiene siempre lo que...