Capitulo 9

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Huellas

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Huellas

Nos encontramos siendo revisados nuevamente por los médicos, están revisando cada parte de nuestro cuerpo, porque la policía dijo que las habitaciones que fueron atacadas fueron las nuestras y nosotros sobrevivimos a tal cantidad de disparos y solo tenemos moretones y sangre encima. Obviamente que no es nuestra.

Primero nos chequearon a Allen, Mariel y a mí, para que no sospecharán de nosotros, Mariel se sacó una muela, Allen se golpeó en su abdomen y yo no hago nada, porque no me quiero lastimar, ellos hacen todo eso en el momento que un huésped le llamo a los médicos para que vea a su hija que no está respirando correctamente.

Resuelven el problema rápido, dándole un inhalador y vuelven con nosotros, comienzan su chequeó. Le abren la boca a Mariel para ver si tiene algo y en eso ella escupe su muela con sangre cayendo al piso, asustando a la señora.

Le dan un calmante y le dicen que se quede quieta, le preguntan cómo sucedió y ella les cuenta, le creen y pasan a el siguiente herido. El que atiende a Allen se preocupa al ver tremendo moretón que tiene el en su marcado abdomen, pasa sus dedos por la piel que adopto un color verde.

-Pondrías tu mano más abajo, también me duele ahí-lo mira coqueto.

El tipo aleja su mano a una velocidad sorpréndete y nos da la espalda, sus orejas están sonrojadas y con temblor en sus manos busca alguna pomada para disminuir el dolor en su bolso, la encuentra y disimuladamente busca a alguna colega que lo pueda ayudar pero todas se encuentran ocupadas con otros huéspedes.

Al no encontrar ayuda, suelta un suspiró de derrota se acerca a Allen, este le sonríe y lo vuelve a poner nervioso, está apunto de tocarlo.

-Me podrías revisar a mí también, llevo aquí esperando pero nadie me revisa, ¿podrías hacerlo tú?-hablo avergonzada.

El chico sale del trance de los perfectos abdominales de Allen y se voltea a ver me, se queda estático analizandome, le muestro una leve sonrisa y reacciona.

-Tu puedes echarte esta pomada-le entrega la pomada.

- Pero yo soy tu paciente, tu debes hacerlo, no ves que estoy herido-señala su abdomen.

-Tu torso es el que está maltratado, no tus manos- finaliza la conversación y se acerca a mi.

Allen me mira acusador y lo ignoró, fijandome en el doctorcito que se acerca nervioso y temblando.

-Dígame, ¿Tiene dolor en ciertas zonas?¿Siente un poco de vértigo?¿Quiere vomitar?- mientras que me empieza a tocar encima de la ropa, niego con mi cabeza.

Me pide que abra la boca y este me alumbra con una linterna pequeña que tienen los médicos, hace lo mismo con mis ojos y mis oídos. Lo apaga y lo guarda en su bolsillo, me toca mi rostro, buscando alguna hinchazón pero tampoco encuentra nada.

Muro De AvariciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora