20. Miedo

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- Está bien — dijo Fargan y suspiré aliviado al escucharlo — pero él tiene que quedarse fuera — dijo mientras señalaba a Samuel con la mirada, el castaño irritado iba a decir algo, pero lo detuve

- Tranquilo, no me pasará nada malo, porfavor quédate — le dije en un tono algo bajo al castaño, este simplemente torció los ojos y camino hasta un árbol para sentarse y recargarse contra este

- Vamos — Fargan entro a la casa y yo le seguí después de haber subido por unos escalones de madera que me llevaban hasta la puerta de entrada.

La cabaña era pequeña pero agradable, era una sola habitación al parecer donde podía ver la cocina, la sala con una chimenea, una repisa con varios libros y en una esquina había una cama, ahí fue donde vi aquella magia que había visto antes, tal como lo pensé el color blanco que rodeaba aquel ser de alguna forma me hacía sentir tranquilidad

- Mucho gusto Guillermo — susurro la chica que se encontraba sentada sobre la cama, su piel se encontraba pálida, su cabello parecía empezar a volverse canoso y aquellos ojos que se dirigieron hacia mi, me sorprendieron, pues era la primera vez que veía aquella mirada vacía y blanca, no podía diferenciar sus pupilas de lo demás, no comprendía si eso era normal — no, no es normal —

- ¿Disculpa? — pregunte algo confundido pues me había respondido, la joven sonrió suavemente y dirigió su mirada a Fargan, este asintió y salió de casa

- No puedes ver mi alma, pero tú mirada es similar a la mía, así que puedes ver el color que toma la magia que me rodea, deberías saber lo que soy — dicho esto asenti y entonces ella río

- Pequeño, lamento decirte que necesito que me contestes o al menos que pienses en la respuesta — me dijo divertida y confundido me acerque al ver cómo daba un par de palmadas sobre la cama pidiendo que me sentará

- Lamento no poder entender rápido, hace poco tiempo que me estoy enterando de todo este tipo de cosas —

- Lo entiendo, pero es difícil de entender a alguien como yo —

- ¿Lo dice por que es un espiritual? — pregunte confundido y ella negó

- En realidad la vida me ha hecho perder las ganas de prácticamente todo, actualmente solo sigo viva porque mi esposo es un hombre que no merece llorar mi perdida — aquellas palabras tranquilas y con un tono amable me tomaron por sorpresa, ¿Que le había pasado? ¿Que la hizo llegar a este punto? — bueno, muchas cosas en realidad — me respondió — lamento leer tus pensamientos, pero no puedo evitar ser curiosa cuando conozco a alguien nuevo — no pude evitar sonreír ante su sinceridad — en realidad yo soy una persona incapaz de ver — al escucharla sentí un leve escalofrío recorre mi cuerpo — por eso el estado de mis ojos —

- Pero...parecía verme hace unos segundos — dije perplejo

- Eso se debe a que puedo ver a través de tus ojos, muchas veces utilizo la vista de mi esposo para poder escapar de la oscuridad que me rodea — aquello de alguna forma me hizo sentir triste — pero sinceramente creo que de haber nacido sin vista, esto no importaría — de nuevo me dejaba confundido — desgraciadamente mi don nació cuando yo a penas era una niña, no había personas que me explicarán lo que sucedía, poco a poco mi familia y amigos por temor me abandonaron a una edad temprana, esto me dejó vulnerable y un magia oscura se aprovecho de ello para robarme lo que más desean de alguien como yo —

- Tu vista... — susurré mientras la veía con asombro, la joven asintió tras escucharme

- Pero cuando robas algo, siempre habrá consecuencias para ambas partes, en mi caso yo perdí la vista totalmente y aquel hombre fue aterrorizado con todas las personas que alguna vez había lastimado y habían fallecido — explico mientras veía como su mano era apretada contra las sábanas — durante años pase envuelta en completa oscuridad, sola, sin hogar o familia, sin alguien que pudiera protegerme de hombres con...malas intenciones, con hambre y con frío — su tono serio empezó a convertirse en una felicidad agridulce — pero entonces conocí a Fargan, quien a pesar de que me veía como una chica sucia y sin vista, me ayudó de muchas formas, hasta su vista me ofreció para ya no volver a aquello que más me aterraba — escuchar todo aquello me causaba cierto dolor en el pecho y sin darme cuenta, lágrimas salían de mis ojos — lo siento, suelo contagiar a las personas con mi tristeza — me dijo mientras empezaba a limpiar mis lágrimas

- Pero entonces ¿No estás feliz por el bebé? — pregunte al recordar su vientre hinchado, sabía perfectamente que aquel latido rápido no era de ella

- Temo que sea como yo — me dijo con muros y sinceridad — desgraciadamente no puedo saber que clase de ser traeré al mundo y no quiero traer a alguien a la vida si sufrirá igual que yo —

- Pero no estás segura de ello, Fargan es un mago de material, puede que esté pequeño sea como él — dije intentando hacerla comprender que no debía tener

- ¿Como puedes decir eso? ¿Acaso tú no tienes el mismo miedo? —

- ¿De que hablas? —

- Puedo sentir tus emociones, estos se relacionan con recuerdos o personas, puedo ver tu miedo, temes amar o ser amado ¿No? Temes terminar como tú madre — mi cuerpo se tenso al escucharla, era la primera vez que alguien más sabía de mi temor — ¿por qué decirme un consejo que ni tú mismo sigues? — quise defenderme pero...tenía razón, ¿por qué doy un consejo que no soy capaz de seguir?

- Yo...creo que es más complicado para mí, yo no puedo controlar los sentimientos de...mi compañero, sin embargo tú puedes cambiar el destino de este pequeño, si vives, él podrá ser feliz, podrás cuidarlo y darle todo lo que no te dieron — conteste seguro y una sonrisa de medio lado se formó en sus labios, entonces puso su mano contra mi pecho y sentí como si un hilo justo en mi nuca se rompiera, provocándome un leve dolor y después todo mi cuerpo tembló como si palpitara por completo — ¿que hiciste? —

- Quite una barrera que tenías en tu cuerpo, los espirituales solemos poner este tipo de barreras a personas que queremos para protegerlos de algo — me explico sería mientras quitaba su mano de mi pecho — pude sentirla cuando indagaba en tus sentimientos, espero sirva de algo — dicho esto un calor invadió mis manos, aquel calor que extrañaba, observé y un brillo verde se hizo notar en estás, asombrado por ello pude llegar a la conclusión que ella había ayudado a que esto sucediera y entonces ahora yo tomé su mano

- Creo que ahora debo agradecer por ayudarme — al tocarla pude ver qué su magia blanca había cambiado un poco, tenía una línea en sus ojos, pero de color negro y al mismo tiempo sentía una extraña incomodidad en el aire — gracias — susurré mientras empezaba a pedir lo que deseaba en verdad, cerré mis ojos al ver qué el brillo aumentaba de intensidad.

Cuando no sentí aquella incomodidad solté su mano, abrí los ojos y ahora vi a una joven mujer, un poco más grande que yo, con cabello color castaño claro, sus ojeras habían desaparecido, su piel ahora tenía un color más natural y sus labios eran de un rojo suave, pero lo que más me sorprendió, fueron aquellos ojos azules como el agua mirándome perpleja y aquella mujer poco a poco movió su cuerpo observándolo a detallé, definitivamente ella ahora podía ver todo a su al rededor

- Tu...tu...— la chica aún en shock me miró y solo pude asentir mientras veía como lágrimas llenaban sus ojos, pues había eliminado la enfermedad de su cuerpo, pero también la enfermedad que tenía su magia, tal vez hasta su alma había sanado en ese momento — ¡Fargan! — grito emocionada mientras lágrimas caían por sus ojos y el nombrado rápidamente entro a la casa, entonces las miradas de ambos se cruzaron, el varón asombrado por lo que veía corrió hasta la chica la cuál observo de cerca y sin pensarlo la abrazo con fuerza — puedo ver, puedo ver de nuevo — susurro entre lágrimas mientras abrazaba a su amado, yo solo sonreí ante aquella escena y por un segundo, solo por un instante desee haber podido haber hecho lo mismo por la mujer que vi morir en mi hogar

The Monster (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora